TW
0

El Aeropuerto de Menorca ya dispone de un plan a dos años vista para mejorar las conexiones aéreas, fruto de la colaboración entre administraciones y del trabajo del comité de desarrollo de rutas.

En dicho documento se plasman los objetivos y las estrategias para recuperar y ampliar frecuencias y destinos, consolidar y abrir mercados, se resumen los esfuerzos de la Administración, a todos los niveles, por garantizar la posibilidad de entrar y salir del territorio insular, la capacidad de conectarse con el exterior, un flujo de personas imprescindible para la supervivencia económica y la igualdad de oportunidades de los que habitamos esta tierra.

Sin embargo, y a pesar de no dudar de que esa voluntad existe, y de que la dificultad que entraña paliar la insularidad es enorme y real, todo lo recogido en dicho plan bienal me parece un 'déjà vu', lo tengo ya visto, oído y experimentado. Son los mismos términos, sinergias, estrategias, búsqueda de mercados y potencialidades que han llenado, con escasa concreción, páginas de otros planes, presentados por otros políticos, en otros tiempos, solo que en esta ocasión, la dificultad se centra en salvar lo que antes sabía a poco, los seis meses de temporada turística en los que se reactiva la isla y sus conexiones, y que casi han quedado reducidos a dos.

Desestacionalizar y conectividad son las palabras que han convertido el turismo y el transporte aéreo en mi particular "día de la marmota", aquella película en la que el personaje pasa años despertándose en la misma realidad, atrapado en el tiempo.