Cuando alguien se refiere a la tan comentada fuga de cerebros no puedo evitar imaginarme a miles de pequeños sesos con semblante asustadizo mirando de soslayo hacia atrás mientras corren despavoridos sobre el mapa de España en dirección hacia Francia y, desde allí, hasta donde les dejen. Es una huida apresurada, un camino que se ven obligados a tomar muchos jóvenes que, recién salidos de la universidad, se ven abocados a una infructuosa búsqueda de trabajo. Sin embargo, también es la única salida para aquellos que, ya más maduritos, se encuentran, sin comerlo ni beberlo, en la cola del paro. Con o sin estudios, a veces incluso con mujer e hijos, optan por hacer las maletas en búsqueda de un futuro más prometedor. Hace poco entrevisté a una menorquina que hoy reside en Amsterdam. Se marchó de la Isla en busca de un sueño que en Menorca se había convertido en una pesadilla. Me comentaba que, aunque muchos consideran que irse al extranjero es de valientes, ella pensaba que, tal vez, era de cobardes. Yo añadiría que abandonar tu lugar de residencia habitual es, en muchas ocasiones, de supervivientes.
Punto de mira
Una huida apresurada
18/02/13 0:00
También en Opinión
- El caso de un restaurante de Maó: «No podemos servir cenas porque no hemos encontrado personal»
- El famoso actor que los vecinos de Es Canutells han visto en este velero de lujo
- Cinco heridos leves en un accidente en el polígono de Maó
- La calidad de los hoteles de Menorca se dispara y la oferta de tres estrellas se pierde
- La frase más repetida esta temporada turística en Menorca: «Más gente, pero menos gasto»
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.