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La coherencia y la ejemplaridad deberían ser imprescindibles en política. Solo practicándolas consigue un político el respeto general. La señora Maite Salord, consejera del PSM en el Consell Insular, publicó hace un par de semanas un artículo en este diario lamentándose de la mala fama que tienen hoy, ellos, los políticos. En su escrito, y desde una buena voluntad que la honra, abogaba por reivindicar la figura de aquellos.

La señora Salord parecía que incluso se decantaba por regenerar la actividad de la política. Pero sus bonitas palabras sólo conforman una literatura tierna. No pasan de ahí ya que todos sabemos que platicar el voluntarismo no basta. Hay que dar ejemplo. Aparte de ejercitar esa literatura "buenista", la señora Salord debería remediar también lo que ella misma denuncia. Debería ser coherente y pasar del dicho al hecho.

Si la política nacionalista cree que las listas cerradas son una de las lacras de nuestra democracia no tiene más que conseguir que su partido, el PSM, del cual es una dirigente cualificada, rectifique y abogue por las listas abiertas. Somos muchos los que consideramos que las listas cerradas son efectivamente una lacra para la representación democrática ya que imponen de hecho una sumisión a la dirección del partido que encorseta la libre elección de nuestros representantes. El todo o nada es un trágala inadmisible y es la forma más sutil para que las cúpulas de esos partidos se aseguren la docilidad y la mansa obediencia de sus lacayos angustiados por lograr una nómina a final de mes. Por tanto, Señora Salord, supere las simples palabras y comience ya a redactar una revolucionaria (por ejemplar y ética) ponencia para el próximo congreso del PSM. ¡Dé ejemplo!

Otra de las maldades que padece la política, también denunciada por la señora Salord en su voluntarioso escrito, es que muchos políticos pretendan perpetuarse en la actividad pública al querer transformarla en su medio natural y permanente de subsistencia. Es la conocida "profesionalización de la política". Efectivamente, muchos ciudadanos ya asumen que la participación en esa actividad no debería superar nunca un período de ocho años para evitar precisamente llegar a aquella profesionalización. En su mismo escrito la Señora Salord confiesa que su participación en la vida política comenzó en 2005 por lo que, siguiendo sus propias inquietudes, debería, ella misma, dar ejemplo y dejar la actividad pública en 2013 precisamente para ayudar a esa regeneración que parece pregonar.

Que la única representante del PSM en el CIM intente atrincherarse detrás de la práctica de la literatura "buenista" es inútil e incluso puede rozar el cinismo cuando sus afirmaciones no van acompañadas de las necesarias dosis de ejemplaridad. Apuesto a que si la Señora Salord pusiera en práctica sus proclamas merecería, por ejemplar, el reconocimiento de los ciudadanos al tiempo que se facilitaría a sí misma la posibilidad de poder regresar a su actividad preferida: enseñar el "barceloní" a los niños menorquines.

Nota:
- Conocí al profesor Ricardo Moreno en un acto de "Ciutadans" en Madrid donde también intervino Francesc de Carreras, Félix Ovejero, etc. Hace unos pocos años Moreno convulsionó las páginas de Internet con su obra el "Panfleto Antipedagógico". Ese libro abundaba en los problemas de la educación española y diagnosticaba su solución en volver a la unidad educacional, al esfuerzo y al mérito. La enseñanza no se arregla con más inversión sino con nuevas actitudes. La anunciada reforma educativa del Ministro Wert va en la buena dirección aunque sigue pecando de timorata. ¿Y para cuándo la enseñanza en el idioma común?

- Mas se ha metido en un lío de mucho cuidado. Después del Pacto Fiscal, la independencia, Baviera o Massachusetts, ahora pretende ser un estado asociado como Puerto Rico. Demencial.

Pero al final triunfará el "seny" del burgués catalán. Como recuerda Sostres no querrán perderse las comidas en "Vía Veneto". La moda del independentismo pasará. Como todas las modas.