La crisis está haciendo estragos en la economía, en el mundo del trabajo, en esa endeble utopía del bienestar y también en la política.
El primer país de Europa afectado fulminantemente por la crisis, fue Islandia. Detrás le siguió Grecia, Irlanda, Portugal y ahora Italia. España está en la cuerda floja. Creo que puede afirmarse que toda Europa está completamente desestabilizada. En Islandia formaron nuevo Gobierno, estando el exprimer ministro metido en juicios por llevar al país a la ruina. En Portugal el dimisionario José Sócrates, fue sustituido por Pedro Passos Coelho. En Grecia a Papandreu también le han buscado sustituto al igual que en Italia a Berlusconi, que por cierto, quien se lo iba a decir a este hombre tan propenso a hacer de su capa un sayo, que está pendiente de varios asuntos judiciales. Uno de ellos por corrupción de menores que ahora se lo llevase por delante la crisis.
En España a Zapatero y a su gobierno le ha pasado lo mismo. La crisis ha sido su Waterloo. Al gobierno español le salva las elecciones del 20-N, si no, estaría Zapatero como Silvio Berlusconi.
Decía el miércoles en el debate a cinco bandas en la 1 de TVE el Sr. Gallardón, que Alemania o Francia ante la misma crisis no tenían ahora cinco millones de parados. ¡Hombre, Sr. Gallardón! La misma crisis, lo que se dice la misma crisis, no es. Se lo cuento: mire usted, si en España no hubiéramos tenido aquella barbaridad que nos ha dado en llamar "burbuja inmobiliaria" sí que sería la misma crisis. Pero resulta que en España se construían más pisos que en Francia, Italia y Alemania juntos. De tal manera, que de los cinco millones de parados, más de la mitad proceden directa o indirectamente del desplome de la construcción, según datos fiables y publicados, un 70%. Dicho de otra manera, la crisis que está zarandeando a Europa y a otros países fuera de Europa, como EEUU por ejemplo, tiene un origen bastante común. Crisis que cuando llega a nuestro país, se convirtió en aguja que pinchó a la burbuja inmobiliaria, creando de inmediato, una gigantesca hecatombe industrial y financiera, y como consecuencia de ambas cosas, es por lo qué tenemos cinco millones de parados. Claro que dicho cómo lo dice usted, partidistamente, como es costumbre en los políticos, el descalabro impacta en los votantes, qué de inmediato culpan al gobierno y piensan que hay que destituirlo, porque están convencidos que él es el culpable de los cinco millones de parados.
En puridad, y para ser honestos en este asunto, hay que decir que aquí tenemos dos crisis: la común, igual o parecida a todos los países, que genera no obstante, el efecto de dejar al descubierto larvadas deficiencias, una corrupción galopante, engaños o falsedad en las cuentas de algún país hacía los demás de la zona euro, precariedad bancaria y una fortísima inestabilidad de la moneda única europea, falta de liderazgo y, por ende, el siempre eterno pánico bursátil. Pero aparte de esa crisis más o menos común, en España hay que añadir como una apisonadora destructiva el derrumbe de la industria inmobiliaria, de la que ustedes PP y PSOE, han tenido no poca culpa. En sus manos estuvo ya que no en sus cabezas, haberse dado cuenta de que aquello era un disparate industrial, un volcán que cualquier día iba a saltar por los aires. Por esa causa España, tiene de dos a tres millones más de parados que otros países europeos. Decir que ahora España tiene el doble de parados que Alemania y no decir el porqué, es ocultar descaradamente la vedad.
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