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Fíjense cómo estarán las arcas de los caudales en la Generalitat Catalana para que el molt Honorable Sr. Mas, D. Arturo, venga en disponer que posiblemente esta año, la plana mayor de los políticos catalanes, se podrían quedar sin la paga navideña, y no con media paga como se ha venido anunciando para los sanitarios de aquella autonomía, aunque en esto, como en tantas otras cosas, los políticos donde dicen digo dicen Diego. Yo quisiera decirles que no hay forma más convincente a la hora de predicar que hacerlo con el ejemplo. Otros y otras ni siquiera se lo plantean, y siguen cobrando como si tal cosa, más del doble que el Presidente del Gobierno.

Ciertamente la economía está mal, además el número de parados, desgraciadamente no acaba de crecer. Grave es que en septiembre, la insostenible cifra de parados españoles, haya crecido en 95.817 parados más. Sólo entre docentes y sanitarios, la Seguridad Social ha perdido en septiembre, 35.000 afiliados. Déjenme decirles que en mi opinión, los datos de octubre serán también malos, pues estará finiquitada la temporada veraniega, las terrazas de los bares cerradas, el personal que ha estado en la vendimia habrá terminado la recogida de la uva. Eso unido a la merma de constante mano de obra industrial, no puede dar más que cifras negativas.

Me resultan especialmente penosos los eufemismos entre ridículos o infantiloides de los que refiriéndose a la situación, lo hacen diciendo que estamos en una "desaceleración" ¿Cómo que desaceleración, almas de cántaro? ¿Por qué no usáis un lenguaje menos rebuscado y más entendible? Porqué lo que está pasando no es otra cosa que engrosar el número de personas que se encaminan hacia la ruina, pues si no encuentran pronto un trabajo, y eso hoy por hoy es como si te tocase la lotería, irán subsistiendo hasta agotar sus ahorros que tanto les costó reunir. Detrás del último euro, está la miseria, así que dejémonos de desaceleraciones. El parado no necesita frases, lo que necesita es saber que puede hacer su gobierno y la sociedad para volver a darle un puesto de trabajo.

Dicen quienes saben estas cosas, que un día el Sumo Hacedor dejó dicho que nos "ganaríamos el pan con el sudor de la frente". Pues aquí en mi país, que es España, hay un gigantesco coro de 5 millones de gargantas que juntas preguntan ¿pues… ya me dirá usted, cómo?.

Las dichosas agencias de calificación de riesgo (que no sé de dónde demonios han salido) no paran de anunciarnos que el futuro lo tenemos más negro que el sobaco de un grillo. Moody's por ejemplo, acaba de rebajarle a Italia la nota de la deuda en tres escalones, así han pasado del Aa2 al A2, debido al nivel de deuda pública, que por cierto, dobla o triplica a la española, aunque a Italia peor se lo puso Standard & Poor's.

Para Francia tampoco están las cosas para tirar cohetes, y para España, estos agoreros nos vaticinan un otoño aciago, que puede llevarnos en el 2.012 a una recesión. Fitch acaba de rebajarnos dos escalones la calidad de la deuda española.

Ver cómo crece mes a mes el número de parados, no es a mí entender precisamente un estímulo para crear nuevas empresas. A esta situación hay que añadir la escasa predisposición a conceder créditos por parte de los bancos, cosa comprensible, cuando algunas cajas y algunos bancos, se han convertido de hoz y coz en gigantescas agencias inmobiliarias, acumulando inmuebles que no pueden vender ni por debajo del precio de la hipoteca que les habían concedido. Pisos que pasan al banco por impago de letras que ahora lo que realmente sucede es que están generando gastos a la entidad bancaria, sin saber qué hacer para recuperar la hipoteca que se ha volatizado.

Por otra parte, todo pequeño o mediano empresario que ha tenido que cerrar su negocio, está como "gato escaldado" que huye del agua tibia. Unos porqué se han arruinado, y otros que no se atreven a iniciar un negocio por miedo a que les pase lo mismo. Eso hace que el empresariado esté completamente postrado. Habrá que serenarse y buscar estímulos que reabran el abatido mercado laboral. Ya les anticipo que ese no será un trabajo de rápido resultado, y será costoso, pero no intentarlo es el camino seguro hacia la pura ruina.