Cada martes de este verano Mahón realiza un ensayo general de lo que serán las próximas Fiestas de Nuestra Señora de Gracia. El ambiente del centro es realmente extraordinario y sorprende a todos los que ya nos habíamos acostumbrado a una ciudad desierta y fallecida desde hace varios años. ¿Quién dice que no existen los milagros?. Nuestro Mahón-Mahó vive este verano la segunda Pascua de Resurrección de este año.
Se asegura ya que este Ayuntamiento ha entrado con buen pie. Las reformas que viene realizando, polémicas ideologizadas aparte, son del agrado de la mayoría de los ciudadanos que hace menos de tres meses les encomendaron de forma abrumadora la gestión de la ciudad.
Por otra parte (e independientemente de la ideología que cada ciudadano usufructúe) muchos creen que la figura de la nueva alcaldesa "N' Ague" se agranda a medida que pasan las semanas. Varios de sus gestos han agradado mucho: su decisión de desalojar a quienes acampaban como perro por su casa en las zonas públicas de la ciudad, su valentía al denunciar públicamente (y en el lugar adecuado) lo que la inmensa mayoría de mahoneses piensan sobre la infumable "cárcel Arturo Bagur", su valentía en hablar como hablamos los mahoneses sin caer en la ridiculez de lo políticamente correcto, las evidentes mejoras circulatorias, el nuevo dinamismo municipal, su decisión por cumplir su programa, etc. Empieza bien.
El verano es época de reencuentros con amigos. Este pasado martes nos citamos en el centro con un matrimonio madrileño. Director de una empresa multinacional es una de las figuras europeas más relevantes de su sector. Este matrimonio mantiene una casa en Menorca y cada vez que nos visita deja una importante cantidad de dinero en favor de la escuálida economía isleña. Su hija se ha unido a un chico francés y vive con su pareja en Londres. En pocos días serán abuelos y su primer nieto se llamará Marco, nombre italiano. Otros comensales de la cena fueron un arquitecto francés y su pareja, una profesional menorquina. Viven en Barcelona aunque él pasa unos días cada semana en Ginebra donde da clases e imparte masters en la Universidad de aquella ciudad helvética.
Han adoptado a una preciosa niña asiática.
La conversación transcurre en la lengua que todos entendemos, en castellano. Hablamos de cosmopolitismo y surge la anécdota: un comensal explica que queriendo asistir una noche pasada a un acto lúdico en Mahón se encontraron con que a las educadas preguntas que hicieron (en castellano) al individuo que había en la entrada del lugar en cuestión para conocer detalles del acto, solo obtuvieron respuestas que no lograban entender. Rogado educadamente que les informase en una lengua que sí pudieran entender perfectamente, no lo lograron y naturalmente los frustrados espectadores se fueron.
La educación es esencial para transitar por la vida. Poner trabas a la comunicación por motivos ideológicos es miserable. Es cansino ya repetir que el fanatismo de corral de algunos nos daña a todos, daña a nuestro turismo y hiere el buen nombre de nuestra comunidad. Poner trabas al cosmopolitismo es cavar nuestra propia tumba. Significa pobreza y miseria.
Estos días ha sido noticia un panfleto político editado por el anterior Govern del Pacte donde se proponían (¿ordenaban?) respuestas a situaciones diarias concretas. Bajo el título de "¿Què faig si ….?" se editaron con dinero público 52.000 copias que vienen a proponer eliminar el castellano (lengua constitucional) de la vida balear asimilándolo a otra lengua extranjera y se instruye a no responder en castellano "bajo ningún concepto" a cualquiera que "nos" preguntase en la calle, en los negocios, en el trabajo, etc. Eso es radicalismo en estado puro. Fanatismo en estado puro. Imposición en estado puro. ¿Cómo es posible que el PSOE-PSIB haya permitido financiar este hecho propio de una Gestapo lingüística? ¡Y los socialistas todavía se preguntan (y no entienden) como lo han perdido todo!.
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Nota: Un liberticida aúlla hoy lunes día 8 en este Diario (pag. 19) en favor de la censura. Es el "si no me gusta, que no se publique". Clarificador. Sorprende y no sorprende. Es el nuevo "Muera la libertad, vivan las cadenas" de aquellos absolutistas españoles. Unos en 1814, otros en 2011. Signo de los tiempos.
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