El sine die de la torre virtual exige construir una nueva torre física
Las afirmaciones del presidente y consejero delegado de AENA, Maurici Lucena, sobre la controvertida torre de control virtual en el Aeropuerto de Menorca han destapado la verdad sobre un proyecto que ha generado un gran debate en la Isla. Lo que tenía que ser una realidad en mayo de 2021, con la puesta en marcha de esta torre remota según el convenio de AENA y Enaire publicado en el BOE en julio de 2020, se ha convertido en «un experimento, una prueba piloto de nuevas tecnologías, no para implantarla inmediatamente, sino para conocerlas». Son palabras de Maurici Lucena que confirman el cambio de criterio tras haber gastado 1,8 millones de euros de los 5,4 previstos en el convenio. Corresponde a AENA explicar esta nueva postura que se inscribe en la decisión sobre las inversiones y gestión de los aeropuertos de España como empresa público-privada, con un 55 por cien de su capital en manos del Estado a través de Enaire. Al mismo tiempo, y ante el sine die que aplaza indefinidamente la torre virtual, la compañía presidida por Lucena, valorada en 31.000 millones de euros, ya no puede demorar la construcción de una nueva torre física en Menorca.
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