TW

El 2025 ha comenzado con la evidente y reiterada falta de vivienda digna y a precio asequible en Balears. Un problema que obliga a muchas personas a alquilar una habitación al no poder permitirse otra opción. Es la consecuencia de un mercado inmobiliario en ebullición, que ha disparado los precios de los alquileres y de las casas. En muchos casos, alquilar una vivienda supone que el inquilino deba destinar prácticamente su sueldo íntegro.

El arrendamiento de cuartos se está acentuando y deja un dato demoledor: una cuarta parte de la población balear vive ya en casas compartidas. La convivencia con desconocidos, al tener que compartir espacios comunes, como los baños, la cocina o la sala de estar, crean fricciones e incomodidades.

Optar a una habitación también se convierte, en la mayoría de ocasiones, en una auténtica carrera donde los interesados se enfrentan a una suerte de ‘cásting’ con otros muchos candidatos. Como ocurre ya con los pisos, la sombra del alquiler turístico es alargada y los propietarios están ofreciendo habitaciones por temporadas a veraneantes, en la mayoría de casos de forma encubierta. Esta variedad inmobiliaria ocasiona serios problemas a las comunidades de vecinos por las molestias que pueden llegar a ocasionar los inquilinos esporádicos que están de vacaciones.