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Todavía es pronto para extraer conclusiones definitivas de la catástrofe provocada por la DANA en Valencia, pero ya hay lecciones claras que las administraciones públicas deben anotar con urgencia.La primera de ellas, que ha tenido en cuenta elGovern de MargaProhens, es prohibir la construcción de viviendas y otras infraestructuras en los terrenos inundables, lo que históricamente no se ha valorado. También hay que analizar cada rincón peligroso para minimizar los riesgos de cara al futuro. Otra de las lecciones aprendidas en Valencia es la necesaria prevención y la puesta en práctica de un sistema de alertas rápido y que conozca toda la población.

Igual que en los países donde sufren terremotos, huracanes o tornados se enseña a los niños en la escuela cómo actuar en caso de alarma, aquí deberíamos empezar cuanto antes. La idea de construir párkings públicos para evitar la ratonera de coches en las calles tampoco debe desdeñarse.    El fenómeno antes conocido como «gota fría» y ahora DANA no es nuevo, pero los expertos advierten de que será cada vez más extremo por el cambio climático.Eso coloca al Mediterráneo de España en situación de riesgo creciente y los gobiernos deben tomar medidas para minimizar los daños a la población y el patrimonio. Son cuestiones a largo plazo, pero hay que empezar.