01/04/24 4:00
La crisis humanitaria en Gaza se asemeja a aquella hambruna de dimensiones bíblicas que azotó Somalia en 1993, cuando el señor de la guerra Mohamed Farah Aidid controlaba los envíos de ayuda humanitaria y mataba de hambre a su país. Los 2,2 millones de gazatíes sufren la falta de alimentos, agua y medicinas; y unas 677.000 personas soportan ya un «hambre catastrófica». La ONU se esfuerza en ayudar a esta población acorralada y sometida a todo tipo de vejaciones, pero el empeño de Israel en destruir toda la franja dificulta el operativo. Sin casa ni trabajo, los desplazados no tienen margen de maniobra. Y están abocados al desastre.