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La Agencia de Estrategia Turística de Balears (Aetib), adscrita a la conselleria de Trabajo y Turismo con Iago Neguruela al frente, rompió ayer los acuerdos aprobados por el Ayuntamiento de Alaior, el Consell y el Govern para la cesión de la titularidad del antiguo convento de Sant Diego a la administración municipal. Sin previo aviso, y de forma unilateral, la directora adjunta de Aetib frenó el traspaso de este espacio al Ayuntamiento, tal como habían aprobado las tres instituciones en julio de 2020.

Con esta inesperada decisión, que provocó la indignación del alcalde José Luis Benejam; y del conseller de Cultura, Miquel À. Maria, no es posible avanzar en la definición del modelo de gestión, y, al mismo tiempo, demora sine die la apertura de este singular edificio, prevista para el 2022. El fair play que debe presidir las relaciones institucionales saltó ayer por los aires. Es preciso reconducir el desacuerdo a través de un diálogo entre las partes. Pero lo más sorprendente es que el conseller Negueruela implique a Susana Mora para justificar este inaudito cambio criterio del Govern, cuando la presidenta del Consell no forma parte ni participa en la comisión de seguimiento de Sant Diego.