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La decisión del Instituto Koch, que ha situado a España, y por extensión a Balears, entre las zonas de riesgo extremo para los turistas alemanes, es relevante. Incrementa los controles a la hora de regresar a su país, con la exigencia de cuarentena para quienes no tengan la pauta completa de vacunación; lo que solo cumple poco más del 40 por ciento de la población. Las próximas semanas confirmarán, o no, los pronósticos pesimistas respecto al turismo alemán, aunque es preciso destacar el ímpetu de las reservas procedentes del Reino Unido. El fin de las restricciones dictadas por Boris Johnson ha activado una euforia viajera hacia Balears.

Esta atípica temporada está marcada por los sobresaltos y las incertidumbres. Sacarla adelante es posible gracias a los esfuerzos de los empresarios y trabajadores del sector así como instituciones, entidades y asociaciones. Pero es necesario insistir en el comportamiento responsable de los ciudadanos para frenar el avance del virus. Con una incidencia disparada y un panorama de colapso sanitario no es aventurado adivinar que los flujos de Alemania y Gran Bretaña volverán a una peligrosa inestabilidad; evitarlo es un compromiso de todos.