Estamos viviendo un momento complicado por la cifra disparada de contagios que hace peligrar la temporada, tal y como ya ocurrió el año pasado. Los vuelos desde los Países Bajos han quedado cancelados y desde Gran Bretaña se suceden las cancelaciones, aunque el embajador del Reino Unido afirmó ayer en Menorca que no ve peligrar la llegada de visitantes británicos.
La rápida y silenciosa expansión de la variante Delta está trastocando todas las previsiones respecto a la recuperación. Está aumentando la presión hospitalaria al subir la transmisión entre los familiares de jóvenes infectados. El Govern valora la adopción de restricciones que daba la impresión habían quedado atrás. Con los índices actuales por el comportamiento irresponsable de determinados colectivos, principalmente jóvenes y algunos padres, la activación de nuevas limitaciones resulta inevitable. Controlar la pandemia es una tarea colectiva sin excepciones, que implica a turistas y residentes, en la que junto con la aceleración de la vacunación es imprescindible mantener todas las medidas de prevención activadas. La relajación registrada estas últimas semanas ha desembocado en la actual encrucijada.