Con la entrada en vigor, hoy, de la fase 1 de la desescalada en Mallorca, Menorca y Eivissa, que se añaden a Formentera, Balears empieza a recuperar movilidad, lo que exige una gran responsabilidad individual, a la que apeló ayer la presidente Francina Armengol.
El Govern es consciente de que no cabe cometer errores para evitar pasos atrás en la lucha contra la pandemia, porque la clave para la reactivación económica de las Islas radica en la conectividad, o sea, el movimiento de personas en puertos y aeropuertos para que puedan entrar y salir. Pero no puede existir movilidad sin seguridad, lo que exige evitar los contagios. En este escenario Armengol anunció que el Govern gestiona con el Instituto de Investigación de la UIB y la Fundación BIT la puesta en marcha de una aplicación móvil para rastrear los contactos de personas y detectar los positivos, que podría estar operativa en junio. Balears, cuya economía depende de la afluencia de visitantes, necesita esta detección precoz de la covid-19. El Ministerio de Sanidad debe valorar y apoyar esta acertada iniciativa de Balears para autorizar su utilización y que nuestra islas sean la región para realizar las pruebas piloto.