El Consell de Govern reanuda mañana sus reuniones y reemprende la actividad ante un curso político que se presenta muy complicado. La provisionalidad en la que -desde hace casi cuatro meses- está instalado el Gobierno central constituye un serio obstáculo para el Govern que del Pacte. Al mismo tiempo condiciona la redacción de los presupuestos autonómicos del próximo año e impide tramitar el Régimen Especial de Balears, que ha quedado en un mero anteproyecto de ley, sin avances.
Esta coyuntura, marcada por la incertidumbre, genera una situación de clara incomodidad a Francina Armengol, que mantiene un discurso acrítico respecto a la Administración central, en manos del PSOE. Las reivindicaciones de Balears quedan hibernadas a la espera de que se llegue a formar Gobierno o se celebren otras elecciones generales. En este caso saltarán por los aires todos los calendarios, además de los eventuales efectos que tendría en la estabilidad del Govern.
Desde abril pasado el Gobierno en funciones impide avanzar en la resolución de los problemas de Balears. Una larga orfandad política que perjudica a las Islas en cuestiones de gran calado como son el nuevo sistema de financiación y el Régimen Especial.