Todos los mensajes procedentes de la feria ITB de Berlín anuncian una afluencia masiva de turistas a Balears y prevén una temporada histórica. El contrapunto son las infraestructuras, recursos y equipamentos que están quedando obsoletos. Es cierto que vendrán más visitantes que nunca, pero aumenta la preocupación por el correcto funcionamiento de las depuradoras, el suministro de agua, y la capacidad de la red viaria.
El archipiélago balear es un destino único por su seguridad y el atractivo de los espacios naturales, pero su prestigio puede sufrir un duro golpe por la masificación y el exceso en la afluencia de turistas. Es preciso garantizar todas los servicios e infraestructuras, lo que exige decenas de millones. La ecotasa, concebida como impuesto turístico, debe destinarse a estas inversiones.
El turismo, hoy el motor y primer sector de la economía de Balears y de Menorca, debe ser concebido como una cuestión de Estado. Es preciso acometer sin demora la adecuación, mantenimiento y modernización de las zonas turísticas. La colaboración entre las administraciones y la iniciativa privada es imprescindible para mantener el actual liderazgo.