Las elecciones generales celebradas ayer abren un insólito escenario político en España porque todas las posibles alianzas para formar el próximo Gobierno presentan numerosas dudas tanto en su configuración como en su estabilidad institucional. Los bloques ideológicos del nuevo Congreso, con una ligera ventaja para la izquierda, deben resolver importantes cuestiones para lograr una mayoría estable y cohesionada.
Destaca el retroceso que ha experimentado el PSOE frente al ascenso de Podemos, mientras que Ciudadanos queda por detrás de las expectativas y sin conseguir apuntalar con claridad la continuidad en La Moncloa del PP, que ha sido el partido más votado. Puede ocurrir que las formaciones nacionalistas acaben convirtiéndose en los árbitros del poder estatal.
Arranca hoy la negociación de unos pactos en los que cada formación intentará imponer sus condiciones. En Menorca y en el conjunto de Balears el PP, a pesar de la caída que sufre, continúa como la fuerza más votada, mientras que el PSOE pierde la segunda posición en favor de Podemos. La actuación del partido de Pablo Iglesias en la política balear es una de las incógnitas que abre el 20-D.