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La recuperación y rehabilitación de la antigua casa señorial construida en la esquina de las calles Anuncivay e Infanta por Llorenç Oliver Morillo, emblemático representante de la burguesía y la ascendancy mahonesa, constituye un ejemplo de esfuerzo y colaboración entre varias administraciones. Una década después se reabrieron, ayer, las puertas de Ca n'Oliver transformado en Centre d'Art i Història Hernández Sanz.

Govern balear, Ministerio de la Vivienda y Consell insular han colaborado con el Ayuntamiento de Maó para la restauración de un edificio singular, en el que sobresale el valor patrimonial de las pinturas murales encargadas por el comerciante naviero a Giuseppe Patania y Stefano Cotardi.

La actuación llevada a cabo ha incluido el traslado y nueva ordenación de los fondos de la colección Hernández Sanz-Hernández Mora, hasta ahora depositados en el Claustre del Carme. El resultado final, tras diez años gestiones y trabajos, se traduce en un nuevo equipamiento cultural de primer orden, contextualizado en los hechos históricos del siglo XVIII, que Maó ofrece a los menorquines y a los visitantes interesados en el turismo cultural.