Mientras el PP, que desde el Govern ha impulsado este marco legal, afirma que apuesta por «la rehabilitación, la reforma y la reconversión frente al crecimiento», la oposición discrepa y califica la ley de «desarrollista, inútil y antigua».
Lo cierto es que Ley del Suelo entrará en vigor, y -al igual que sucede con la Ley General Turística de Balears- atribuye importantes competencias a los consells insulars, que en materia de disciplina urbanística podrán actuar de forma inmediata en caso de detectar alguna infracción. Al mismo tiempo, se convierte en el instrumento para que los ayuntamientos puedan regularizar los núcleos de hortals. En cualquier caso, no debe propiciar una amnistía urbanística y solo legalizar aquellos casos susceptibles de cumplir las normas, además de sancionar a quienes construyeron sin licencias.