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Cuando se inventó la electricidad, no solo sirvió para el alumbrado, sino también para el funcionamiento de aparatos eléctricos. Unos de ellos eran las planchas para planchar ropa.

Antes se usaban planchas de hierro fundido según un molde que se realizaba en las herrerías y podían pesar desde 1,5 Kg. a 3 Kg., dependiendo de su tamaño. En las casas solía haber dos y se calentaban en un hornillo con las brasas de carbón. Estas planchas fueron desapareciendo y vendidas como hierro viejo.

Resulta que hay una planchita, que se hizo con un molde especial, que no llega a los 200 g. y pudiera ser que la realizaran en una herrería por encargo o para algún familiar. Esta plancha es de museo, no solo por ser objeto antiguo en desuso sino, también, por su tamaño. Existían los que compraban ferro vell, paper i pedaços que, sin saberlo eran los primeros ecológicos recicladores. Hoy las actuales planchas, de usar y tirar, no son reciclables.