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Apreciado doctor: son muchos años en los que toda mi familia y yo hemos sido pacientes suyos.

Hemos vivido acontecimientos felices y tristes, pero siempre ha estado Vd. ahí para ayudarnos.

Siento no haberme podido despedir de Vd. al no tener noticia, en su momento, del homenaje que le ofreció el Ayuntamiento, pero quiero hacerlo con estas letras para darle muchas gracias por todos sus consejos y por sus acertados diagnósticos.

Deseo que sepa que siempre le consideraré y recordaré como mi médico de familia y ahora que, como a todos, le ha llegado la hora de su jubilación, le deseo lo mejor junto a su familia y, por favor, continúe escribiendo en este periódico porque seguiremos sus consejos.

Gracias, otra vez, por todo y hasta siempre.