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El soldado desafinado de Gilles Marchand (Burdeos, 1976) es la novela de una búsqueda casi imposible. Esta narrada por un veterano francés de la Primera Guerra Mundial, quien tras perder una mano en el frente, se ocupa, ya en tiempos de paz, de buscar a algunos de los desaparecidos. Todo un precursor del televisivo Paco Lobatón.

Todo empezó una mañana de 1925, cuando recibió un encargo de Jeanne Joplain, una mujer muy rica, que le pidió que buscara a su hijo Émile desaparecido en la guerra. Era urgente, le precisó. Nueve años después de su desaparición, ¡era urgente! Había dejado de dar noticias en 1916. Su última carta se había enviado desde Verdún. Pero no estaba muerto, ella tenía la firma convicción.

No era la primera vez que le decían algo así. Nuestro investigador conocía a unas cuentas madres y mujeres de poilus convencidas de que su soldado seguía en alguna parte, demasiadas. Pero siempre había posibilidades. Algunos combatientes aprovechaban la guerra para cambiar de identidad, otros no querían volver a sus casas familiares por razones diversas, unos pocos habían quedado amnésicos, pero la gran mayoría de los desaparecidos habían muerto.

El investigador de desapariciones, que antes había sido conductor de tranvía, se obsesiona con su nuevo caso y vuelve a recorrer los escenarios bélicos. Lo explica así:

«Cuando la has catado, la guerra se te queda dentro del cuerpo, pegada a la piel. Puedes vomitar, puedes rascarte hasta sangrar, lo que quieras, nunca se irá. Está en ti. Así que volvía una y otra vez. Seguía oliendo a ceniza y a pólvora. Las cruces se extendían hasta el infinito. Y yo seguía investigando, incansablemente. Durante la década de 1920 y buena parte de la de 1930, ejercí ese extraño oficio de investigador».

  • El soldado desafinado va siguiendo todas las pesquisas para encontrar a Émile como una novela de intriga. Tras los primeros interrogatorios con personas que estuvieron en contacto con el desaparecido descubrimos una historia de amor. Curiosamente la madre de Joplain no le había hablado nunca de Julie, una campesina de la que se enamoró perdidamente, al igual que ella de él.

Ese romance imposible en tiempos de guerra se convierte en el hilo que persigue el narrador que quizás busca también olvidar su propia y dolorosa historia con Anna.

Gilles Marchand, batería de una banda de rock, había escrito otras cuatro novelas, esta primera publicada en España, mezcla de investigación y fresco histórico, recibió, entre otros, el Premio de los libreros franceses.

El soldado desafinado

Gilles Marchand
Traducción de Lydia Vázquez
Editorial Seix Barral
230 páginas