Ya no sorprende a nadie que cambie no solo la propiedad y el uso sino también el paisaje de las zonas rurales de Menorca. La finca de la imagen es Santa Maria Magdalena, muy cerca de Ciutadella, quizás al no estar un paraje aislado, vive rodeada de tecnología.
Entre las dos palmeras, una antena de telecomunicaciones, un molino para generar electricidad y, al fondo, las estructuras de la subestación. Aún así ofrece un espacio de calidad para el alquiler turístico, entre el campo y la ciudad tan próxima. Las casas tradicionales y las paredes secas comparten la foto con esas estructuras tecnológicas.
La preservación del paisaje de la Isla no solo depende del impacto de los grandes proyectos, sino también de las actuaciones de menor volumen, incluso las que buscan la generación de energías limpias.