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¿Cómo vive un muchacho homosexual en un país, Nigeria, donde la homosexualidad no solo es perseguida, sino que la mayoría de la población apoya castigarla? Este es el tema de fondo de Anhelos, una conmovedora novela de Chukwuebuka Ibeh (Port Harcourt, Nigeria, 2000), nominada este 2024 al premio Wilbur Smith de Aventura.

Se trata de una narración de iniciación a la vida en la que seguimos los pasos de Obiefuna, un niño tímido y sensible que desde pequeño ya da pruebas de ser diferente. Mientras su hermano menor destaca en los deportes, él prefiere la danza pues tiene una extraordinaria habilidad para formar ángulos imposibles con sus piernas y brazos.

De adolescente, un día su tiránico padre le sorprende en un acto íntimo con un joven aprendiz del comercio familiar. Sin contemplaciones, envía a Obiefuna a un internado cristiano y lo hace sin dar explicaciones a su mujer que siempre ha sentido una especial vinculación emocional con el chico.

«Mientras sea mi hijo – le espeta el patriarca a la madre- tengo derecho a tomar decisiones sobre su vida, y no tienen por qué tener sentido ni para ti ni para la tonta esa de la directora (de la escuela local)».

La mayor parte de la novela cuenta las vivencias de Obiefuna en ese círculo cerrado y oprimente que es un internado. En concreto, el que describe el autor es un lugar dominado tiránicamente por los veteranos que imponen su poder a los recién llegados, como sucedía en la antigua ‘mili’, pero corregido y aumentado. Más que un internado parece una cárcel.

Ni siquiera tiene el consuelo de recibir la visita de su padre ni de su madre, que tiene prohibido por su marido hacerlo.

El chico trata de sobrevivir en aquella especie de prisión tratando de ser invisible y comportándose pasivamente. Pese a todo establece alguna relación amorosa y secreta con alguno de sus compañeros.

En la parte final de Anhelos, un amigo del protagonista expresa con claridad el problema de muchos homosexuales, especialmente los de países donde se persiguen las relaciones amorosas y sexuales entre personas del mismo sexo: «Pienso mucho -dice- en todo el amor que se pierden los niños y los jóvenes gais. Nos roban la oportunidad de vivir la inocencia del amor adolescente. Porque pasamos todo ese tiempo aterrados, tratando de aprender a fingir».

Anhelos

Chukwuebuka Ibeh

Traducción de Bruno Álvarez Herrero

Editorial Letras de Plata

318 páginas