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Últimamente vamos leyendo en la prensa médica previsiones agoreras, una presentada el 6 de abril en el Congreso de la Asociación Europea de Urología de 2024 en París (Lancet Commission on Prostate Cancer, Paris) sobre un «inevitable», no un posible, sino un indiscutible aumento del cáncer de próstata en el mundo. Así creen que se duplicará    a nivel mundial, llegando a 2,9 millones de casos o un aumento del 85 por ciento en las muertes por esta causa, llegando a alrededor de 700.000 para el año 2040. Unas conclusiones similares a las que había llegado un grupo internacional de investigadores en un documento el año pasado y recogida por el BMJ. (BMJ 2023;381:e071082).   

El cáncer de próstata, como hemos visto en otros comentarios, («Es Diari» 16-06-2023) es el cáncer más común en el varón, tan común que se ha llegado a afirmar que si viviéramos cien años todos los varones tendríamos este cáncer; es decir, está relacionado con la edad, con la demografía.

Su repercusión sobre la mortalidad no es baladí, pues se posicionaría como la tercera causa de muerte por cáncer en Europa.

Se trata de un cáncer que normalmente no da síntomas o son muy leves, de modo que cuando lo detectamos clínicamente    normalmente su crecimiento ya está avanzado, de ahí que comentamos, que lo interesante, como en toda patología oncológica, es por un lado prevenirla, si se puede; y por otro, detectarla, cuando está en fases muy iniciales y es fácilmente tratable con lo que reducir su mortalidad.

Sin embargo, en este cáncer como vimos es complicado; y digo que es complicado, puesto que, la única prueba que teníamos hasta el momento el PSA, el antígeno específico prostático, un marcador bioquímico que fue aprobado para el control de la progresión del cáncer de próstata una vez diagnosticado en 1986 en EEUU por la FDA (Food Drug Administration), pero que utilizado para el diagnóstico de esta patología puede generar sobrediagnósticos, o sea, un exceso de diagnósticos sin repercusion sobre la salud y efectos adversos por las pruebas utilizadas para su diagnóstico (biopsia) y tratamientos innecesarios.

Por esto, ciertos organismos, como la    US Preventive Services Task Force americana, recordamos, recomendaron la utilización del PSA en varones entre 55-69 años tras valorar el paciente los riesgos y beneficios de su detección, pero no a partir de los 70 años, que es cuando más frecuentemente se realizan estas determinaciones.

Sin embargo, según nos informan estos recientes documentos, aquellos países que han puesto disposición de los hombres que solicitan la PSA esta prueba, después de una toma de decisiones compartida con su médico, ahora tienen una alta prevalencia de PSA realizadas, con una distribución por edades que no es la recomendada. Así, por ejemplo, en el Reino Unido, los hombres de entre 80 y 89 años tienen el doble de probabilidades de hacerse una prueba de PSA que los hombres de 50 años. En Italia y Alemania alrededor de la mitad de los hombres mayores de 70 años se realizan un PSA anual. Estimándose, por ello, un dato, que el sobrediagnóstico de cáncer de próstata ocurre en aproximadamente 10.000 hombres en el Reino Unido cada año. Concluyendo que las altas tasas de PSA generadas por políticas de «elección informada» en países de altos ingresos han provocado daños por sobrediagnóstico y sobretratamiento. Falta saber cómo ha influido esta situación en los fallecimientos por esta patología y en los efectos adversos debidos al exceso de biopsias.

La realidad es que la tendencia actual es justamente evitar biopsias por el riesgo intrínseco de la misma prueba, y de hacerlo que sean transperineales y guiadas para evitar los efectos adversos-

Con todo, como comentamos, desde el año pasado («Es Diari» 09/2024), la American Society of Clinical Oncology, recomendó la utilización de la resonancia magnética nuclear (RMN) de alta sensibilidad previa a la biopsia de la próstata, con lo que afinar el diagnóstico y evitar sobretratamientos.

Sin embargo, el miedo que genera esta recomendación es que de la utilización en demasía de la RMN, genere más sobrediagnóstico que el que se pretende evitar. El diagnóstico de cánceres de próstata cuya evolución a partir de una cierta edad se desconoce. Algo a lo que nos pueden llevar las recomendaciones actuales de poder utilizar la RMN independientemente del PSA.

Puede que muramos de éxito, como así al parecer se plantean estos expertos y es que el factor demográfico, la longevidad del varón con el aumento de la realización de PSA, de la técnica con la realización de RMN puede generar una epidemia de cánceres de próstata sin que con ello se afecte sensiblemente la supervivencia, es un temor, y una opinión por mi parte.