La moción de censura es un instrumento político que, en los ayuntamientos, posibilita la destitución del alcalde. Para prosperar necesita un candidato alternativo a la alcaldía que ha de obtener la mayoría absoluta.
En el caso de Ciutadella son once concejales, exactamente los que obtuvo la izquierda en las elecciones municipales celebradas el 28 de mayo: cinco el PSOE, cinco el PSM, y uno Ciutadella Endavant.
La anomalía, en Ciutadella, consiste en que la izquierda tuvo la oportunidad de reeditar el gobierno tripartito de los dos anteriores mandatos, pero los desacuerdos y los personalismos frustraron la continuidad del gobierno local de izquierdas. Quedó investida alcaldesa Juana Mari Pons Torres, número uno de la candidatura del PP, que había sido la más votada.
La moción de censura, este elefante de distintos colores, según cómo se mire, que, desde hace días, recorre todas las calles de Ciutadella, es una iniciativa que surge de la oposición, como reacción a episodios de crisis política, mala gestión o inacción.
¿Por qué ahora?
Tras dos almuerzos, uno del anterior gobierno municipal en la vivienda de la exalcaldesa Joana Gomila, hoy diputada del Parlament, en Son Blanc; y el segundo, el sábado 27 de enero en Maó -cuyos muñidores fueron los también diputados Marc Pons y Pilar Carbonero- ahora se pone la mesa la presentación de una moción de censura para derribar a la alcaldesa Pons Torres.
El corpulento paquidermo que circula, sin prisa, por Sa Contramurada, Es Born y Ses Voltes, suscita la misma pregunta: ¿por qué ahora? O sea, ¿qué ha ocurrido para que se active esta moción?
Dicho con otras palabras, ¿tan mal lo ha hecho el equipo del PP, que ha logrado sobrevivir gobernando en minoría?, y, ¿se ha reconciliado sinceramente la izquierda o nos hallamos ante un matrimonio político de conveniencia?
Las tres formaciones de izquierda son conscientes de que, en junio, no supieron ponerse de acuerdo ni lograron pactar un gobierno de izquierdas. Aún resuenan las dolorosas y sabias palabras que pronunció el concejal Sebastià Servera en el pleno del 17 de junio, cuando se consumó la gran tragicomedia del desacuerdo: «el pacto habría sido posible si se hubieran antepuesto los intereses de la ciudadanía a los partidistas, algo que finalmente no ha sucedido». El concejal de Ciutadella Endavant, que llegó a ser propuesto como candidato a la alcaldía, sorprendente y agónica tercera vía entre Carol Cerdà y Maria Jesús Bagur, dimitió al constatar la dureza, gravedad e intensidad de los reproches entre PSOE y PSM.
La desconfianza
Maria Jesús Bagur, candidata del PSM a la alcaldía, que el 17 de junio proclamó «lo mejor será trabajar desde la oposición», ahora cambia de criterio al constatar que en la oposición hace mucho frío.
Y Carol Cerdà puso sal en la herida al señalar al PSM como responsable de la gran discordia. «Cuando el dictamen de las urnas fue a la inversa, fuimos capaces de asumir el lugar que nos correspondía», en referencia a lo que más duele al PSM: que el PSOE había obtenido más votos.
La ‘número uno' socialista lamentó que «no ocurre ahora, incluso con la generosidad» de acceder a compartir la alcaldía dos años con el PSM». Cerdà desveló por qué no fue posible el acuerdo: «aupar un gobierno de coalición sin confianza y sin poder trabajar con eficacia y eficiencia, el PSOE no lo podíamos aceptar».
Siete meses después, ¿se ha restablecido la confianza entre los dos grandes adversarios de la izquierda menorquina?
La moción de censura contra Juana Mari Pons Torres se ha enfriado, y está en ‘modo reposo', porque primero hay que convencer a Pedro Capó para que asuma la gestión de Cementerios en lugar de Turismo y Urbanizaciones; que dimita Estefanía Moll Cardona y tome posesión Miquel Ametller, que ha de gestionar la brigada; evitar que las áreas sean compartimentos estancos; decidir asesores y cargos de confianza. Y, sobre todo, explicar y justificar los motivos de la ‘moción Houdini'.
Fe de errores
En el texto de la fotografía del pasado domingo sobre el acuerdo, aprobado por el pleno municipal de Ciutadella, para expropiar los terrenos de Santa Rita destinados a los nuevos Juzgados, se indicó erróneamente que se había celebrado el 14 de febrero de 2013.
En realidad, aquel pleno se llevó a cabo el 14 de febrero de 2003, desempeñando el médico Pau Lluch la alcaldía. Habrán transcurrido 21 años y no se ha redactado el proyecto, no se han licitado ni adjudicado las obras. Y la nueva sede judicial de Ciutadella sigue siendo hoy aquel hermoso proyecto.