Corría el año 1973 cuando los pioneros del toldo en Menorca Antonio Domínguez y Cristina Pérez abrieron la primera tienda Tonislar. Un local ubicado en la calle San Esteban con un pequeño taller y una sola empleada que poco a poco, con mucha dedicación y esfuerzo, fue creciendo hasta convertirse en lo que es hoy, una empresa familiar con más de 15 empleados y dos tiendas.
Antonio Domínguez, nacido en Riotinto (Huelva), llegó a la isla para cumplir el servicio militar después de tres años trabajando en París. Una vez cumplido el deber, su espíritu emprendedor sumado a su idilio con la isla, hicieron que se embarcara en su primera aventura empresarial. Durante años, cuando un vehículo costaba más que una licencia, trabajó como taxista y aunque se ganaba bien la vida decidió buscarse un trabajo que realmente le llenara.
Por aquel entonces empezaba el boom turístico en Menorca y el de Riotinto se fijó en una empresa mallorquina que hacía toldos para un conocido hotel de Cala Galdana. Con ellos aprendió el oficio hasta que se lanzó por su cuenta y riesgo con una tienda y taller de toldos en la calle San Esteban.
Sus primeros pedidos importantes fueron centenares de sombrillas para La Menorquina, los toldos de los hoteles s’Algar, lonas para la histórica feria de bisutería de 1978... pero vinieron muchos más.
Tonislar empezaba a ser conocido en la isla y ya no dejaría de crecer, como la familia de Cristina y Antonio.
«Cuando mis hijos eran pequeños, aprovechaba los domingos para ir a medir toldos en alguna terraza de la playa en la que nos instalábamos»
Tonislar crece. la familia también
La familia y Tonislar han ido siempre de la mano. A medida que los seis hijos de la pareja fueron creciendo se incorporaron al negocio.
Tonislar iba viento en popa, gracias al trabajo de sol a sol de un equipo pequeño pero muy implicado así que, a principios de los años 80, los pioneros del toldo compran una planta baja de 180 metros y pocos años más tarde abren una segunda tienda en Ciutadella.
En 2016 dan el gran paso con la apertura de una nave en POIMA de más de 2.500m2 que alberga tienda, taller y almacén. La tienda, un espacio diáfano y con mucha luz natural, cuenta con una amplia exposición de muebles de terraza y jardín, iluminación y artículos de decoración. Y es que la diversificación siempre ha sido uno de los valores de la marca.
«Diversificar en negocios que complementan al original nos da tranquilidad de cara al futuro»
Montaje para ferias, alquiler de mesas, sillas, platos y copas y mantelerías son también líneas de negocio impulsadas por el relevo de los fundadores. La segunda generación lleva las riendas del negocio desde que Antonio se jubiló en el año 2000. Parece que fue ayer pero han pasado ya 18.250 días desde que empezó la aventura Tonislar. Cincuenta años siempre a la sombra y que la empresa cumple en plena forma.
