Endesa detectó el año pasado 21 casos de fraude eléctrico en Menorca

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Endesa ha hecho este viernes balance de su campaña anual de detección de fraudes eléctricos y entre sus estadísticas por municipios llama poderosamente la atención el caso de Alaior, donde el año pasado la empresa cazó a dos clientes enganchados irregularmente a la red que sumaron un consumo ilegal de nada menos que 426.000 kWh (kilovatios hora).

El dato se entiende mejor si se tiene en cuenta que ese gasto de luz impagado equivale al consumo medio de 142 familias. De hecho el volumen de la llamada energía recuperada supone solo en Alaior el 72 por ciento del balance insular.

Desde la compañía eléctrica no pueden dar más detalles sobre los expedientes detectados, más allá de confirmar que no se trata de plantaciones de marihuana, como muchas veces ocurre con consumos tan elevados. Sí subrayan que estamos en un contexto de «profesionalización del fraude» y que los elevados volúmenes de energía defraudado apuntan más al perfil de negocios e industrias que al de particulares.

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Endesa también llama la atención sobre otro perfil de gran defraudador, sin vincularlo a estos expedientes en concreto, el de particulares con un gran número de ordenadores dedicados al minado de criptomonedas.

Enganches ilegales en Menorca

A lo largo de 2024 la compañía eléctrica ha detectado en Menorca un total de 21 casos, los dos mencionados en Alaior, siete en Maó, uno en Ciutadella, ocho en Es Mercadal y uno más en Sant Lluís. El volumen total de energía defraudada asciende a 591.297 kWh, lo que equivale al consumo de cerca de 200 familias. El balance de expedientes ha caído ligeramente, tres menos que en 2023, pero la electricidad robada se ha más que triplicado, sobre todo por la incidencia de los casos detectados en Alaior.

Endesa se sirve de las últimas tecnologías y la inteligencia artificial para combatir el fraude eléctrico, lo que ha permitido duplicar la tasa de éxito de las inspecciones. La digitalización de la red, el despliegue de sensores y la implantación de los contadores inteligentes permiten detectar desviaciones sospechosas de consumo con mayor facilidad y rapidez.

Desde la compañía ponen de manifiesto que las cifras evidencian la magnitud de un problema, el del fraude eléctrico con graves consecuencia: riesgo de incendios por sobrecargas de la red, pérdida de calidad del suministro y subida de las facturas que pagan los ciudadanos.