El acusado, durante el juicio celebrado en el Juzgado Penal de Maó el 8 de octubre.

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La sentencia considera probado que el hombre, de Es Castell, de 62 años de edad, robó una furgoneta Toyota Proacent Verso City, nueva, el 6 de julio en una empresa de alquiler de Cala en Bosc, para trasladarse a Maó. Su propósito era utilizar el vehículo mayor para poder remolcar al suyo que había quedado averiado en el Camí des Vergers, del municipio mahonés. Lo intentó con la ayuda de su hermano pero no lo consiguió dada la dificultad de la operación en un sendero muy estrecho.

Debido a esta maniobra de rescate, la furgoneta sufrió graves desperfectos en ruedas, embrague y carrocería por las condiciones del camino por el que el conductor que ha sido condenado trató de introducir este vehículo para llegar hasta el suyo. La furgoneta quedó literalmente empotrada, y llegar hasta el suyo.

El hombre negó los hechos en el juicio celebrado el pasado 8 de octubre, dijo que cogió la furgoneta con la autorización del empleado de la empresa, sin firmar documento alguno ni abonar la fianza con el compromiso de hacerlo al día siguiente ya que trabajaba como vigilante de seguridad en esa misma urbanización.

Los testigos que intervinieron en el juicio, entre ellos los policías que llegaron al Camí des Vergers, ratificaron la acusación del Ministerio Fiscal y la propiedad de la empresa por lo que el magistrado-juez del Juzgado Penal ha condenado al acusado a 61 días de trabajo en beneficio de la comunidad, que puede sustituir por multa de 1.266 euros por un delito de robo de uso de vehículo a motor. En cuanto a la indemnización, el hombre deberá pagar a la empresa propietaria de la furgoneta la cantidad que se acredite pericialmente en fase de ejecución de la sentencia.

La suma presentada por la acusación particular en este sentido supera los 15.000 euros dado que se trata de un vehículo nuevo. Algo más de 13.000 euros corresponden a los gastos de la reparación por los desperfectos que sufrió la c arrocería y el embrague al quedar atrapado en la estrechez del camino, mientras que la cantidad restante corresponde a los 24 días de pérdida del alquiler del vehículo puesto que fue el tiempo que tardó en ser reparado y puesto de nuevo en circulación.

El abogado del acusado ya ha señalado que recurrirá la sentencia en apelación al estimar que hay atenuantes por un episodio de alteración psíquica que había sufrido su cliente ese mismo día.