Al hombre le molestaba la imagen de Sant Jordi, dijo tras su detención. | Gemma Andreu

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Alegó en su día que se había sentido ofendido por la presencia de la imagen cristiana de Sant Jordi en el escudo del municipio de Es Castell que aparece grabado en las arquetas de la red de agua del pueblo. Ese fue el motivo, dijo, por el que le dio por arrancar decenas de arquetas de varias calles villacarlinas en más de una ocasión.

Ese alegato, no obstante, no le privó de su detención a cargo de las fuerzas del orden en noviembre de 2021. Se trata de un hombre nacido en Alejandría (Egipto) hace 44 años, que hoy va a ser juzgado en el Juzgado Penal de Maó, acusado de un delito de hurto.

El fiscal le imputa el robo de 25 de estas arquetas que habría cometido durante los días 5 y 7 de noviembre de 2021. Sin embargo, ya había perpetrado un hecho similar varios años atrás, también en Es Castell, donde residía. Había sido en junio de 2017 cuando había sustraído otras decenas de arquetas de la red de aguas en Calasfonts, entre 30 y 40, según informaron entonces las fuerzas del orden. En ese caso las lanzó al agua después de besarlas.

El hombre, tras su detención, dijo ser musulmán y se mostraba ofendido por tener que ver constantemente la imagen de Sant Jordi sobre un caballo luchando contra un dragón.

En el mismo pueblo había protagonizado otros incidentes en aquellas mismas fechas, ya lejanas, en la iglesia anglicana de la calle Stuart, lanzando gritos contra la religión cristiana. También había sido retenido por la Policía Local por acosar a la dependienta de un supermercado.

En la vista oral a prevención prevista para esta mañana el fiscal le acusa por un delito de hurto. Entiende que se apropió de las 25 arquetas, de la red de saneamiento de Es Castell, guiado por un claro ánimo de enriquecimiento ilícito. Las tapaderas estaban situadas en los aledaños de las calles Fontanilles y Sant Jordi. Ese hurto ocasionó un perjuicio económico al Ayuntamiento ya que tuvo que sustituirlas con un coste de 3.149 euros.

En cuanto a la pena que le pide, alcanza los 12 meses de prisión, mientras que si es declarado culpable deberá indemnizar al Ayuntamiento de Es Castell con los 3.149 euros por el importe de las arquetas que tuvo que sustituir.