La curva de la carretera general, a la salida de Es Mercadal, donde se produjo el accidente.

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La familia de Giovanni Ruggiero Piroscia afronta sus días más difíciles tras el accidente de tráfico que la madrugada del pasado lunes le costó la vida. La tragedia se cruzó durante sus vacaciones en Menorca, la isla que había elegido en los últimos años para disfrutar de la compañía de sus más allegados.

Giovanni iba al volante del coche que fue sorprendido por otro turismo que invadió su carril y le impactó de frente. Ocurrió a la salida de una curva a la altura de Es Mercadal. Una maniobra en el último momento pudo salvar la vida de su mujer y una de sus hijas, que viajaban con él y solo sufrieron heridas leves.

En las horas previas a su regreso a casa, esta familia de Málaga compuesta por su mujer y tres hijos, se ha querido despedir de él con una emotiva carta pública que reproducimos a continuación.

Carta a Giovanni Ruggiero Piroscia

Querido Gianni,

Quiero decir unas palabras, pero me es imposible expresar lo que siento. Mi corazón está roto y jamás pensé que el dolor pudiera ser tan desgarrador. Sigo sin creérmelo. No puede ser.

«Extiendo la mano, buscando la tuya y no la encuentro». «Te busco con mi mirada, y no encuentro tu sonrisa». «Te llamo y solo oigo mi propia voz». Y este vacío, desgarra mi corazón.

Tu eras, eres y serás el amor de mi vida. Tenerte a mi lado, ha sido lo más maravilloso que me podía haber pasado, y quiero darte las gracias. Gracias por ser, gracias por estar, gracias por cuidarnos y gracias por querernos.

Tu has sido mi norte, mi guía, mi compañero, mi amigo. Tu lo has sido todo. Y quiero que lo sigas siendo. Necesito sentirte a mi lado.

Has sido un padre excepcional y has educado a tres maravillosos hijos, que te seguirán necesitando. También te pido que sigas velando por ellos.

Nuestra vida se ha ido contigo. Ahora empezamos otra etapa en nuestra vida, que, sin ti, me va a costar mucho vivirla.

He pensado y deseado, que me habría encantado irme contigo, pero al final me he dado cuenta, que, si no ha sido así, es porque tu último acto de amor, fue no permitirlo. Voy a vivir por ti y nuestros hijos, porque sé que es lo que tú quieres y yo no te puedo fallar.

Voy a ser muy egoísta y te voy a pedir algo más: nunca me dejes.

Tú siempre, siempre, siempre estarás en nuestros corazones, pero nunca dejes de cuidarnos: te necesitamos.


Patricia, tu esposa, y tus hijos Naia, Naroa y Marcos Ruggiero