El acusado y su abogado frente a la cámara, dado que el juicio se celebró por videoconferencia.  | M.J.U.

TW
11

La aplicación del Código Penal vigente en 2020, cuando cometió el delito, anterior a la reforma de la denominada ley del «sí es sí», permitió este miércoles a un joven español de 23 años ver reducida la condena que había solicitado el Ministerio Fiscal por haber abusado sexualmente de una menor de edad el 18 de junio de 2020 en un domicilio de Maó. En el momento de los hechos él tenía 19 años y la adolescente 16.

La justicia española permite que el reo pueda acogerse a la condena que más le favorezca al ser juzgado, la que imperaba en el Código Penal cuando cometió el delito o la vigente en la actualidad.

La incorporación de la reparación del daño, ya que había consignado los 2.000 euros para la víctima, y la de dilaciones indebidas, hizo que la condena de entre 2 y 6 años de cárcel se viera rebajada gracias a estos atenuantes, y quedara en un año de prisión. Dada la ausencia de antecedentes penales y que la condena es inferior a dos años y un día, en el mismo juicio celebrado en la Audiencia, el juez aceptó la suspensión del ingreso en prisión que hizo su abogado, siempre que no vuelva a delinquir en los próximos cuatro años.

La fiscal había pedido en su escrito de acusación una pena de 8 años de cárcel aplicando la reforma de la ley que equipara el abuso a la agresión sexual y sitúa la horquilla para el delito de 4 a 10 años de cárcel. Lo hizo por una confusión en la edad de la víctima que cuando fue objeto del abuso ya tenía 16 años, por lo tanto, no se considera el agravante penal de menor de edad que la incrementaba en dos años más de reclusión.

El joven condenado, que aceptó la conformidad entre su abogado, la letrada de la acusación particular y la fiscal, declaró por videoconferencia desde el Juzgado Penal de Maó. Deberá permanecer cinco años sin mantener comunicación con la chica, el mismo tiempo en que estará en régimen de libertad vigilada.

Los hechos se produjeron sin que conste empleo de violencia o intimidación, sino aprovechando la confianza que tenía el joven con la chica, que estaba tumbada en la cama de su habitación. Fue entonces cuando la besó y abusó sexualmente de ella a pesar de su negativa. La entonces adolescente ha sufrido una sintomatología postraumática vinculada a los hechos relatados.