La dificultad de comunicarse

J.C.
Madrid
Cuando una empresa o institución pasa por un trance especial, pero cuyo mensaje (positivo o negativo) no llega al público, es fácil que oigamos disculpas del tipo "Nuestras ideas son buenas, pero no hemos sabido comunicarlas", lamento que se repite con frecuencia; sin embargo, pasa el tiempo y no llegan a ser corregidas nunca. Es lógico que ante este tipo de carencias el periodista Manuel Campo Vidal se pregunte: "¿Por qué los españoles comunicamos tan mal?" Deberíamos concluir que no hay voluntad real para que directivos y profesionales aprendan a transmitir lo que se quiere que cale en los demás.
El diagnóstico de este periodista es tajante: "Las clases dirigentes españolas están entre las que peor comunican en Europa. Empresarios, políticos, banqueros e incluso profesores tienen dificultades evidentes para hacer llegar su mensaje con claridad. Con un agravante peligroso: encima no lo saben y algunos hasta creen lo contrario. Comparten, con el grueso de la ciudadanía, el convencimiento erróneo de que los españoles sabemos hablar bien, o incluso muy bien. Pero una cosa en hablar mucho y otra, muy distinta, saber comunicar los mensajes con eficacia". No sabemos si realmente comunicamos peor que otros europeos, pero si así fuera algo habría que hacer para remediarlo.
¿Se enseña a los niños y a las niñas en los colegios a transmitir a los demás aquello que deben exponer? ¿Hay cursos de esta naturaleza en la Universidad o en los másteres? ¿Apreciamos la necesidad de cubrir esta laguna cuando se trata de profesiones o actividades que se realizan de cara al público, en tareas que van desde jueces a vendedores, de periodistas a sacerdotes, de médicos a estudiantes? Parece que no vemos la necesidad, pero existe, y a veces se experimenta de una manera muy clamorosa. El libro de Campo Vidal aporta una serie de claves para convencer de que es necesario estar dotado o irse formando con estas cualidades comunicativas y de cuáles son las lecciones imprescindibles para que estas preguntas se conviertan en respuestas. Sin embargo, nos hubiera gustado que en este libro se profundizara más en éstas.