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Lluís Vergés
Maó
En 'Campo de amapolas blancas', Gonzalo Hidalgo Bayal (Higuera de Albalat, 1950) cuenta la historia de dos amigos de la adolescencia cuyos caminos se bifurcan al crecer. El escritor cacereño sabe convertir en buena literatura y en crónica generacional un episodio tan común como el de la amistad que se pierde con el tiempo.
En unas pocas páginas, el autor logra retratar muy bien el universos de dos niños que se conocen en un colegio religioso y que cimentan su amistad en la rebelión. Contada en primera persona, esta novela breve comienza cuando el narrador relata sus encuentros en una calle de la imaginaria ciudad de Murania con un misterioso señor mayor, ancho y hundido, cetrino de ojos errantes, con el rostro marcado por las inclemencias. El narrador sólo sabe unas pocas cosas sobre él: fue brigada de la Guardia Civil, está jubilado desde hace muchos años y su decrepitud morfológica va por delante de su edad.
La novela abandona a este personaje que camina con torpeza, se detiene en la estrechez del paso cada vez que se cruza con alguien y muestra su rostro inmóvil, endurecido y ausente para ir directamente a los recuerdos del Real Colegio de San Hervacio de Murania y de H, el alumnos que más tarde fue su amigo. La escritura y la lectura fue el primer punto de encuentro de los amigos pero s e hicieron íntimos cuando ambos fueron expulsados de los hervacianos cuando tenían los dos quince años.
Ese año, H y el narrador se vieron todos los días del verano e iban a menudo al cine a ver películas como 'Otto e mezzo' y 'Dos hombres y un destino' y se entusiasmaban con los libros de Saroyan.
El próximo curso lo iniciaron en el instituto y H se presentó una mañana trastornado por el impacto deslumbrante de un libro. Lo había leído tres veces seguidas, sin parar, terminando la última página y volviendo sin pausa, vorazmente, fascinado a la primera. El libro que iba a cambiar para siempre al protagonista era "La Náusea". La angustia existencial y la fascinación por la lluvia (a partir de entonces se dedicó a coleccionar frases literarias sobre la lluvia) fueron dos de sus obsesiones. La tercera fijación de H era el eterno femenino y su falta de habilidad para relacionarse con las chicas.
Tras contarnos la historia de esta amistad íntima, "Campo de amapolas blancas" describe el proceso por el que los dos jóvenes se van distanciando poco a poco. Sin ningún motivo, sólo impulsados por las corrientes de sus realidades, los antiguos compañeros inseparables dejan de verse como ocurre tantas veces en la vida de las personas y empiezan a verse uno a otro como dos extraños.
El libro se cierra con un epílogo de Luis Landero en el que el autor de 'Juegos de la edad tardía' glosa la belleza de la prosa y la historia "desoladora y magistral" de Gonzalo Hidalgo Bayal y señala como, a pesar de su brevedad, la lectura de 'Campo de amapolas blancas' le llevó mucho tiempo porque cuando lee un libro que le gusta de verdad siente la necesidad de volver a atrás y de releer páginas que le han agradado en lugar de avanzar.
Esta novela breve, publicada originalmente en 1997 confirma Gonzalo Hidalgo Bayal como uno de los novelistas españoles destacados tras l gran éxito de crítica que obtuvo con "Paradoja del interventor".

Campo de amapolas blancas
autor: Gonzalo Hidalgo Bayal
género: Novela
editorial: Tusquets
edición: Barcelona, 2008
páginas: 109
precio: 12 euros