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RAQUEL MARQUÉS DÍEZ
Postre de una noche de verano y tan sólo el título de un documental hace que claudique ante la "caja tonta". La 2 logra despertarme del letargo de ingenuidad con el que acostumbro a moverme por la vida. Me molesta que el programa de Pedro Erquicia me abra los ojos. Resignada, reparo en que esto es, ciertamente, lo que tiene ser un humano. La vertiginosa capacidad comunicativa de la especie puede arruinarnos una velada de Häagen-Dazs de dulce de leche con cuatro verdades bien filmadas y montadas en un reportaje.
Al concluir "Documentos TV" reflexiono hasta qué punto le favorece a la Administración "vendernos" que habitamos en un planeta minado por cámaras de seguridad. A simple vista, "Nos vigilan" expone un argumento aún menos cuestionable que el de que los niños no vienen de París. La idea de que mi rutina sea seguida por el ojo del Gran Hermano que todo lo ve me horroriza. Soy parte de unrealityy ni tan sólo sé si el premio consiste en un maravilloso coche o un apartamento en Benidorm.
Me digo que el progreso no existe, que es sólo un cuentochino para alentar a las masas y me imagino cómo el Estado de la época de George Orwell escuchaba sus movimientos con un vaso de cristal tras la puerta de su estudio mientras escribía "1984". Mi elucubración viaja al presente y presiento la jornada tediosa de quienes controlan, vía satélite, el ritmo frenético de las grandes urbes. La desarticulación del "mal mundial" reside en un más allá más lejano que el de "La Guerra de las Galaxias". No nos engañemos. Así que me fastidia comprobar que existe una importante inversión presupuestaria en última tecnología para que miles y miles de ojos consuman con desgana las escenas callejeras más surrealistas que siempre se multiplican cuando el calor aprieta.
Unguiriha perdido la cartera y revisa todas las papeleras de un idílico centro de capital histórica; dos mujeres increpan a unhippieque lleva el perro sin atar; dos hombres están a punto de sacudirse en la gasolinera por una nimia confusión en el turno de la cola; del interior de un camión de transporte resuena la misma voz de la locutora de radio lánguida que nos recuerda que "hoy puede ser un día especial...".
Despierto y me lavo los dientes. ¿Verán si mi pasta esColgateoLicor del Polo? Oigo una voz: "¡Oye!, a ver si cambiamos el helado por el de nueces de macadamia...".
"¡¡Shsss!!, ¿quién anda ahí?", pregunto, "¡eh, tú, valiente!, el de detrás de la cámara, yo pago mis impuestos, sabes, podré escoger mi postre ¿no? Mira que eres descarado. Necesitas unas largas vacaciones...".
"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida".(Miguel de Cervantes Saavedra)