Menorca ya supera con la oferta ilegal el techo de 107.917 plazas turísticas que plantea el Consell

Fenómenos como el alquiler irregular o el turismo de autocaravana ya se ‘comen’ el crecimiento previsto en el estudio de capacidad de carga presentado por el Consell

Las zonas de Son Bou y Torre Solí son de las que presentan una mayor concentración de plazas turísticas. | Josep Bagur Gomila

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Menorca ya llega a superar en pleno verano, a causa de la incidencia de la oferta ilegal y de los visitantes que no duermen en alojamientos de mercado, el límite de capacidad turística, el llamado techo de plazas que el Consell fijará en el Plan Territorial Insular basándose en el estudio de capacidad de carga avanzado por este diario. El documento avanzado por 'Menorca - Es Diari' establece en 107.917 el número máximo de camas oficiales, con un margen de crecimiento sobre el registro actual del departamento de Ordenación Territorial y Turística del 28,4 por ciento, 23.859 plazas.

En los últimos años, fenómenos pujantes como el alquiler ilegal o el turismo de autocaravana, que se mueven al margen de estadísticas oficiales y planes urbanísticos, ya están en la práctica comiéndose ese margen de crecimiento turístico que se quiere consagrar en el Plan Territorial Insular a la vista del estudio de carga encargado, en el que sí se subraya la importancia de poner coto a la práctica del alquiler ilegal como una de las medidas para hacer viable ese desarrollo turístico e incidir sobre el grave problema existente de acceso a la vivienda.

Al margen de mencionar la lucha contra la oferta ilegal, el estudio de capacidad de carga que el Consell ya tiene sobre la mesa no aborda la dimensión del problema surgido tras el boom de plataformas como Airbnb. Resulta complicado medir el cambiante y huidizo volumen de plazas que representa la oferta no reglada, pero existen señales que permiten acercarse a una realidad que ha venido creciendo en la última década. Uno de ellos es el llamado indicador de presión humana, que revela la gran diferencia existente entre la capacidad oficial de los alojamientos turísticos y el número de personas que llegan a coincidir sobre la Isla sobre todo en los meses estrella del verano.

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Punta diaria de 232.000 personas

En el año 2024, Menorca alcanzó una punta diaria de personas sobre el territorio de 232.000, en pleno agosto, y entre julio y agosto se registraron más de 220.000 personas durante 20 días consecutivos. Sumando los habitantes con residencia estable en la Isla, alrededor de 100.000 personas (el día de menor presión de 2024 fueron    99.445) a ese techo de casi 108.000 plazas turísticas que establece el estudio de carga del Consell resultan cerca de 208.000 personas. Esa cifra fue superada el año pasado durante 35 días, del 23 de julio al 26 de agosto.

Bien es cierto que a la población residente habría que sumar trabajadores de temporada que se desplazan a la Isla, propietarios de segundas residencias y otros visitantes estacionales que no ocupan plazas de alojamiento vacacional, turistas que optan por modalidades de alojamiento como las autocaravanas o los que llegan para dormir en casas de familiares y amigos. También lo es que los niveles de ocupación de los establecimientos turísticos nunca alcanzan el cien por cien y en cualquier caso que todos ellos contribuyen a aumentar la presión sobre los recursos naturales y las infraestructuras de la Isla.

En ese sentido, el estudio de capacidad de carga asegura que el margen de crecimiento de plazas turísticas que contempla debe ser gradual y venir acompañado de medidas medioambientales para mitigar el previsible aumento de la presión sobre los recursos. Entre las propuestas llama la atención «la inversión en la mejora de las infraestructuras viarias existentes en la Isla».

El apunte

Solo once años para ganar 24.000 camas de alojamiento legal

Menorca ha tardado once años en ganar las cerca de 24.000 plazas de alojamiento que suponen el margen de crecimiento establecido en el estudio de capacidad de carga encargado por el Consell. En 2011 el registro oficial contabilizaba poco más de 60.000 y en 2022, cuando entró en vigor la moratoria de nuevas licencias, eran más de 84.000, la mayoría han sido en viviendas.