Estado actual de las obras de construcción de la nueva escuela de Es Mercadal, que quedó dos veces desierta. | Josep Bagur Gomila

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Un total de 17 obras públicas de Menorca quedaron desiertas en el último año por un valor de 23 millones de euros. La situación se ha expuesto este jueves por parte de la Asociación de Constructores de Balears, que lo atribuye a los plazos de ejecución «inasumibles» que impone la administración y al hecho de que no se actualicen los precios al ritmo de la inflación.

Los datos, según han explicado desde la patronal, agravan la tendencia que se ha venido registrando en los últimos años. De hecho, en Menorca fueron 14 las obras públicas que quedaron sin adjudicar en 2023 con una inversión de 4,8 millones de euros. El aumento, por tanto, ha sido del 380 por ciento, unas cifras que consideran «inaceptables».

Este incremento se explica, en gran parte, por las dos licitaciones desiertas de la construcción del CEIP Es Mercadal, que acabó con un sobrecoste de 1,5 millones sobre el presupuesto del primer concurso.

Los tres intentos de Sant Lluís

En el listado llama la atención el caso de las obras de reordenación de la calle Sant Antoni de Sant Lluís. Ha quedado desierto tres veces y el ayuntamiento ha insistido una y otra vez en licitarlo por el mismo importe: 1,2 millones de euros. Ninguna constructora lo acepta.

El Consell de Menorca es, por su parte, la administración balear que más fracasa en sus concursos público: de las nueve licitaciones que publicó el año pasado, tres que quedaron sin adjudicar. En casos como el reasfaltado de la carretera general entre Ferreries y Es Mercadal tuvo que aumentar el presupuesto más del 20 por ciento.

El Ayuntamiento de Ciutadella también ha tropezado con la misma piedra a la hora de buscar constructora para la reforma de las urbanizaciones de Cala en Blanes, Torre del Ram, Calespiques y Los Delfines. La sacó a concurso por 1,2 millones y nadie se interesó.

Las razones de la patronal

Las licitaciones analizadas por la Asociación de Constructores han quedado desiertas principalmente por plazos de ejecución «inasumibles» y, en su mayoría, por salir sin los precios actualizados como exige la ley, a pesar de que el coste de los materiales está estabilizado desde hace más de un año. Por tanto, «no hay excusa posible», según concluyen.

Para los constructores, el número de licitaciones desiertas es un hecho insólito que nunca había sucedido antes de la pandemia. Afirman que las empresas se encuentran en una situación de fragilidad e incertidumbre absoluta al haber asumid unos sobrecostes que no están siendo compensados.

Las revisiones extraordinarias de precios por parte de las administraciones han tenido una incidencia muy baja y muchas han acabado en los tribunales. Por tanto, muchas empresas optan por no presentarse a las obras para no seguir perdiendo dinero ante la falta de actualización de algunas licitaciones.

«Al estar los precios de los materiales desde hace más de un año estabilizados, aunque sea al alza, no hay excusa para que sigan saliendo proyectos sin valores actualizados», han indicado.

La situación en Balears

En el conjunto de Balears un total de 88 obras quedaron desiertas en 2024 por un valor de 81,6 millones de euros. La Asociación de Constructores ha extraído estos datois de la Plataforma de Contratación Pública del Estado.

Se trata de obras que afectan a infraestructuras esenciales como colegios, aeropuertos, puertos, mejora de carreteras, así como de ciclo del agua, residencias de ancianos, depuradoras y obras de eficiencia energética. Algunas están financiadas con fondos europeos que se han perdido o corren serio riesgo de perderse.