Un camarero sirve un plato de pescado a unos clientes en la terraza de un restaurante. | ARCHIVO

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La reducción de la jornada laboral de 40 a 37 horas y media semanales propuesta por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, tras alcanzar un acuerdo con los sindicatos, continúa siendo objeto de intensas reuniones entre el Ministerio que lidera la políitica gallega y el Ministerio de Economía que encabeza Carlos Cuerpo.

El rechazo de las patronales, uno de los factores que bloquea ahora mismo la puesta en vigor de la medida, también es compartido entre los empresarios de la Isla. Estos difieren de la opinión de los sindicatos insulares, quienes están a favor de la misma. Lo único en lo que coinciden ambos bandos es en    señalar a la construcción y la hostelería como los sectores que notarían un mayor impacto.

Es por ello que las alarmas se empiezan a encender en las empresas de restauración insulares, las cuales acusan una «falta de personal» que lleva prolongándose de forma cada vez más aguda desde hace un par de temporadas. «Es un auténtico desastre. ¿No tenemos personal para cubrirlo todo y queremos reducir la jornada manteniendo el poder adquisitivo? Esto no es una negociación, es una imposición pura y dura», explica José Bosch, presidente de la Asociación de Restauración de CAEB Menorca.

«Si ya había restaurantes que tenían que reducir las horas de servicio por falta de personal, imagina ahora»

José Bosch. PRESIDENTE ASOCIACIÓN RESTAURACIÓN DE CAEB

Reajuste del servicio

En caso de aplicarse la reducción de jornada, la única solución que vislumbraría Bosch es aplicar la misma fórmula para ofrecer un servicio. «Ha habido restaurantes que han tenido que reducir horas de servicio porque no tenían personal. Pues imagínate ahora», declara, dando a entender que se deberían reducir las horas de servicio a lo esencial. Además, advierte de que este plan implicaría una «subida encubierta de los precios de aproximadamente un 10 por ciento». «Es lo que conlleva una reducción de las horas de trabajo cobrando lo mismo», añade.

«Tenemos que conseguir un salario digno pudiendo compaginar el trabajo con la vida familiar»

Antonio Soria. Secretario general de CCOO en Menorca

Por otro lado, los sindicatos de trabajadores ven «completamente viable» reducir la jornada laboral, ya que «todo es cuestión de ponerse» y de «cambiar la mentalidad». «En hostelería lleva habiendo unos años muy buenos y tenemos que conseguir un salario en condiciones, además de que el trabajo se pueda compaginar con la vida familiar», considera Antonio Soria, secretario general de Comisiones Obreras en la Isla, apuntando a la conciliación familiar como el principal objetivo que persiguen los trabajadores en este acuerdo.

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«Si se me ofrece un mayor tiempo de conciliación, también tengo un mayor ánimo a la hora de trabajar», opina por su parte José María Roqueta, secretario general de la Federación de Servicios de UGT en Menorca, respondiendo a las reticencias de los empresarios por un posible descenso de la productividad.

«Hemos abierto el convenio de hostelería y vamos a intentar reducir la jornada hasta las 35 horas»

José María Roqueta. SECRETARIO GENERAL DE UGT EN MENORCA

Sin embargo, el sector de la restauración insiste en la inviabilidad de la iniciativa. Toni Sansaloni, presidente de la Asociación de Cafeterías, Bares y Restaurantes de Pime Menorca, recuerda que esto exige «una mayor responsabilidad de los empresarios». «Si reducimos el horario y nos piden una subida de sueldo del 5 por ciento para la firma del nuevo convenio, algo habrá que dar a cambio. El trabajador tiene unos derechos, pero también unas obligaciones», recuerda.

«Si pagamos cotizaciones por 40 horas de trabajo, no es lógico que paguemos lo mismo quitando 2 horas y media»

Toni Sansaloni. PRESIDENTE ASOCIACIÓN RESTAURANTES DE PIME

En este sentido, le parece que la reducción de jornada supondría un sobrecoste para el empresario. «Si nos hacen pagar las cotizaciones a la Seguridad Social por las 40 horas de trabajo de los empleados, no es lógico que paguemos lo mismo quitando dos horas y media a la semana. Si todo lo que reducimos en horas de trabajo tenemos que pagarlo igualmente, no nos compensa contratar a otro empleado y tener un sobrecoste en Seguridad Social», afirma Sansaloni.

Mayor reducción

El reclamo de los sindicatos no se limita a las 37,5 horas semanales, sino que evocan al viejo anhelo de las uniones de trabajadores por rebajar la jornada hasta las 35 horas semanales. «La patronal ha salido a decir que en Balears no se puede poner en práctica esta reducción en el ámbito del turismo, pero nosotros no vemos ningún inconveniente. Es más, hemos abierto el convenio del sector de hostelería y vamos a intentar que en vez de 37 horas y media semanales sean 35», afirma el secretario de UGT, José María Roqueta.

En contraposición, Toni Sansaloni asegura que «la jornada seguida» que pretenden lograr los sindicatos es inviable en el mundo de la hostelería. «Algunos comercios pueden seguir un horario de fábrica, pero nosotros trabajamos un rato al mediodía y otro por la noche para dar comidas y cenas. Todas estas reflexiones son buenas para el trabajador, pero deberíamos equilibrar un poco más las negociaciones», comenta en relación a la necesidad de ajustarse a la realidad y al contexto de cada puesto de trabajo.

En esta misma línea se manifiesta la Confederación Española de Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), asegurando que las pymes serán las más afectadas por este cambio debido a su «menor productividad, rentabilidad e inferiores recursos organizativos».

La entrada en vigor, todavía pendiente de negociación

La situación de debilidad del Gobierno en el Congreso, donde no cuenta con apoyos suficientes, está obligando a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, a analizar de qué forma convencer a las patronales y a otros grupos como Junts o PNV para tramitar la reducción de la jornada en la Cámara Baja. Desde la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), el sector más afectado por esta reforma, también piden al Gobierno elevar el límite legal de horas extraordinarias hasta cinco veces más de lo permitido en la actualidad para evitar que los trabajadores vean recortado su salario en un 27 por ciento.