Marc Hernández empezó a militar en el colectivo por el derecho a la vivienda Resistim al Gòtic en junio de 2020. | «Infiltrats», 3Cat

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«Era una persona que, cuando se tenía que llegar hasta el final, llegaba hasta el final». Son las palabras con las que Martí Cusó, del colectivo por el derecho a la vivienda Resistim al Gòtic, define a Marc Hernández, la identidad falsa del agente menorquín infiltrado en el movimiento independentista catalán entre 2020 y 2022. Fue el primero de cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía infiltrados en movimientos sociales en ser identificado y, ahora, 3Cat dedica en el programa «30 minuts» un reportaje sobre el modus operandi que él y los otros tres policías siguieron y cómo fueron descubiertos.

Marc Hernández, que se hizo visible en junio de 2020 en Barcelona haciéndose pasar por mallorquín, empezó a participar en Resistim al Gòtic en junio de 2020 y su perfil, explica Martí Cusó, destacó por ser «la única persona que vino sin problemas relacionados con la vivienda, pero con el objetivo de empezar a militar». Su rol, al principio, cuenta Cusó, era «completamente pasivo, un soldadito de la Asamblea, que hacía un poco lo que le pedías». Pero con el tiempo asumió roles activos en desahucios y se implicó en campañas del movimiento por la vivienda como representante de la Asamblea de Resistim al Gòtic. «Era un peón, uno más» y en actuaciones que organizaba el colectivo, asegura Martí Cusó, Hernández «aguantó hasta el final, nos consta, incluso, que fue identificado por la policía».

Marc Hernández asumió roles activos en desahucios y se implicó en campañas del movimiento por la vivienda. | «Infiltrats», 3Cat

Sobremilitancia

Su implicación, en aquel momento, no hacía dudar a nadie, pero, ahora, Martí Cusó considera que «era un medio para conseguir un aval político para entrar en organizaciones políticas de la izquierda independentista». Tanto fue así que, recuerda Guillem Ortega, del Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans, cuando Marc Hernández pidió entrar a militar en Endavant, una de esas organizaciones políticas de la izquierda independentista, «le tuvimos que decir que no porque estaba militando en muchos frentes en ese momento y valoramos que era una sobremilitancia».

Ortega conoció a Hernández en octubre de 2020 y relata cómo el Casal Popular Lina Òdena, puerta de acceso a la izquierda independentista, fue su punto de conexión. Enseguida se interesó por militar en el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) y su personalidad «amable y muy sociable» hicieron que Guillem Ortega lo viera como «una persona de confianza, con quien podía pasar el rato y hablar». Insiste sobre esta cuestión en el reportaje la portavoz del sindicato policial Jupol Laura García que «cuando eres un agente infiltrado tu vida es otra, eres otra persona y tienes que mimetizarte, además lo eres las 24 horas».

Marc Hernández se mimetizó con el entorno en el que se infiltró. | «Infiltrats», 3Cat

Descubrimiento

Y Marc Hernández consiguió mimetizarse con el entorno en el que se infiltró. De hecho, facilitó el activismo del SEPC «consiguiéndonos un piso en el centro de Palma, diciéndonos que era de su tío, cuando se celebró aquí la mesa nacional en febrero de 2022», explica Guillem Ortega. Realmente, ni Marc conocía el piso ni era de su tío: estaba anunciado en una plataforma web de alojamientos turísticos. Pero nada levantó sospechas hasta que empezó a distanciarse de Barcelona y de su entorno a finales del curso de 2022. «Nos contó que su padre estaba muy enfermo y que estaba grave, que debía ir con la familia a apoyarle», rememora Ortega.

Ese mismo año, varias personas que conocían a Marc antes de la infiltración se lo encontraron fortuitamente en Barcelona y señalaron que era policía. A partir de ahí, relata el reportaje «Infiltrats», una investigación periodística de la Directa desveló la identidad real de Marc Hernández como agente nacido en Menorca y funcionario del Cuerpo Nacional de Policía infiltrado durante dos años en el movimiento independentista catalán. «Descubrir esto fue muy duro y muy fuerte, pensar que todo lo que habíamos ido tejiendo aquellos dos años se rompía… Sentimos miedo y rabia al no entender por qué nos había hecho esto a nosotros», confiesa Guillem Ortega.

El apunte

Otros tres agentes infiltrados fueron descubiertos a raíz del caso de Marc Hernández

A raíz del descubrimiento de Marc Hernández como agente infiltrado se destaparon las identidades de otros tres agentes: Ramon Martínez, Dani Hernández y Maria Perelló. Además de formar parte de la misma promoción de policía, los cuatro hablaban catalán, un hecho que les facilitó las infiltraciones. Ramon era de Catalunya y los otros tres habían nacido en Balears. Actuaban bajo las órdenes de la Comisaría General de Información y sus infiltraciones han dejado huella en muchas personas con las que se relacionaron incluso de forma sexoafectiva. «Utilizaron estrategias que rompen todas las barreras», subraya en el reportaje Pau Pérez, psiquiatra que ha evaluado el impacto psicológico en una veintena de personas afectadas por las infiltraciones.

Interior reconoció y justificó las operaciones al considerar «legítimo, idóneo y oportuno» utilizar agentes infiltrados con identidades falsas dentro de lo que llama «proyectos secesionistas ilegales». Además, desde el sindicato policial Jupol, Laura García defiende en la producción de 3Cat que «sería importante que se estableciera una responsabilidad penal para estas personas que han revelado las caras y las identidades, además de datos personales de los policías encubiertos» por las consecuencias, asegura, que este caso «haya podido tener para la integridad física de los policías y de su círculo más cercano».

El reportaje de 3Cat, con la colaboración de la Directa y Polar Star Films, revela al final del mismo que uno de los cuatro agentes infiltrados «continúa trabajando como policía en una comisaría de Menorca y otro está en Madrid».