La misa de la paz en Sant Francesc de Ciutadella | TONI BARBER/BISBAT DE MENORCA

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«El papa Francisco, en la 58 Jornada Mundial de la Paz, cuyo lema es ‘Perdona nuestra culpas, concédenos su paz’, nos recuerda que la paz ha de venir de un corazón que cambia y que se abre a Dios para que actúe el Espíritu en su vida», manifestó el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, en la misa de la paz que presidió en la parroquia de Sant Francesc de Ciutadella.

Cada 31 de diciembre, la Iglesia católica celebra la Jornada Mundial de la Paz con la Eucaristía del mismo nombre. En Menorca tuvo lugar en los tres arciprestazgos: en la parroquia de La Concepción de Maó; en la iglesia de Santa María de Ferreries; y en Ciutadella la parroquia de Sant Francesc acogió esta misa que, como viene haciendo desde hace varios años, presidió el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. En la homilía, el prelado afirmó que «nuestra relación con los demás ha de provocar y ha de crear paz».

«Origen sencillo»

Tras resaltar que «el punto de referencia es María, la madre de Jesús, gracias a ella somos hijos de Dios porque ella dio un sí muy generoso», Taltavull recordó que María y José sufrieron para hallar una vivienda.

«Un establo fue la primera iglesia, aquel pesebre fue el primer altar y la primera custodia que enseñó a Jesús al mundo. Nuestro origen es muy sencillo y debe hacernos sencillos, y como los pastores, aquellos que oyen la noticia y, corriendo, enseguida encuentran a Dios», añadió.

Aludió al Jubileo de la Esperanza que la Iglesia durante el 2025: «es -explicó- un acontecimiento que quiere poner a Jesús en el centro, para celebrar que Jesús es la fuente de nuestra esperanza». Exhortó el obispo Sebastià a los asistentes a «poner esperanza allá donde no hay, porque la esperanza viene animada por la confianza, por la fe y es un motor para la caridad».

El apunte

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Mediante la tarjeta prepago «Amb tu», Càritas ofrece a estas personas vulnerables en la Isla una manera discreta, digna y sostenible para obtener alimentos y productos esenciales. Rompe estigmas, posibilita las decisiones libres al determinar cada familia sus prioridades, incentiva el consumo responsable y el comercio local, e impulsa la inclusión social.  A una persona se le dan 40 euros quincenales, a dos personas, 60; y si son cuatro personas, reciben cien euros cada quince días.