El Govern balear solicitará al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que distribuya por zonas la cuota establecida por la Comisión Europea. Esto facilitará el cumplimiento de las condiciones impuestas, ya que los pesqueros de Balears, menos numerosos que el resto de la flota mediterránea española, no se verían afectados por las reducciones de días ante los probables incumplimientos que se producirán en otras autonomías.
Desde el Ejecutivo autonómico ven «más fácil que la treintena de barcas de arrastre se adapten y cumplan las condiciones planteadas desde Europa», lo cual permitiría mantener los días de trabajo actuales, sin la drástica reducción a tan solo 27 jornadas. Sin embargo, para mantener esta cuota, toda la flota de arrastreros nacionales del Mediterráneo debe cumplir los requisitos.
Según declaraciones a MENORCA• «Es Diari», el conseller balear responsable del área de Pesca, Joan Simonet, avanzaba que va a solicitar a Madrid que el reparto de cuotas se haga por zonas de pesca (GSA), teniendo en cuenta que el reglamento europeo divide el Mediterráneo en zonas.
Condiciones
El director general de Pesca, Antoni Grau, pronosticaba ayer que la totalidad de la flota balear podrá sustituir las redes actuales con una malla de cuatro centímetros por otra de cinco, pero «es difícil que las cambien las 550 barcas del Mediterráneo español», lo cual impediría a los arrastreros de la Isla conservar los 70 días que están en juego por este capítulo, si no se establecen las cuotas por zonas.
Otra de las condiciones es reducir el tamaño de las puertas voladoras, o bous, y «cambiar los sensores electrónicos para comprobar que no tocan el fondo». Un requisito que «suma cinco días más», añade Grau.
Respetar los tiempos de veda o vedar ciertas zonas para proteger determinadas especies también permitirá acumular días, hasta un total de doce medidas, sobre las que «todavía no tenemos la letra pequeña, estamos esperando que el Ministerio haga la redacción definitiva».
Un reglamento equivocado
Todo este embrollo viene motivado por el reglamento aprobado en 2019 y el plan de gestión del Mediterráneo occidental, que la Comisión Europea pretende «arreglar en cinco años, una cosa que funciona desde hace seis décadas». Es un «brindis al sol» imposible de cumplir, que estrangula al sector cada vez más. «El plan de gestión se hace a partir del análisis de seis especies y solo una está mal, la merluza, y no es por cuestiones de pesca, sino de cambio climático».
Por último, Grau recordó que, ya sea a través del Gobierno central o el autonómico, los pescadores tendrán acceso a ayudas para poder introducir los cambios que plantea la Unión Europea con el fin de conservar los días de trabajo actuales y que las restricciones no acaben afectando a la flota menorquina y balear.
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UE la farsa de el campo, la pesca, la emigración