El puerta a puerta se extenderá a febrero a todas aquellas zonas pendientes en las que predominan los edificios bajos | Katerina Pu

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La implantación progresiva del sistema de recogida de basura puerta a puerta se reanudará en el mes de febrero por aquellas zonas de Maó que no tienen una gran concentración de vecinos. El Ayuntamiento, de la mano del Consorcio de Residuos y Energía, ha decidido reorganizar el calendario inicialmente previsto y avanzar en el despliegue del modelo de cubos multifracción sin esperar a tener una solución definitiva –todavía en fase de análisis y sin fecha prevista– para los puntos  más problemáticos de la ciudad, donde se agrupan los grandes bloques de pisos.

Las empresas adjudicatarias del contrato ya se están preparando para arrancar con el año nuevo las campañas de divulgación y las sesiones informativas a los vecinos con el objetivo de que se ponga en funcionamiento a lo largo del mes de febrero en todas aquellas zonas del núcleo urbano con predominio de viviendas unifamiliares y edificios bajos.

El concejal de Servicios Urbanos y Medio Ambiente de Maó, José Manuel García, explicaba este lunes que en breve se dará el detalle calle por calle de los vecinos que se sumarán en unos dos meses al sistema de recogida puerta a puerta. Pero, para ir haciéndose una idea, se puede resumir localizando las zonas en las que no se implantará por el momento: Fort de l’Eau, Andrea Doria, Borja Moll (y sus calles perpendiculares hasta Av. Francesc de Femenias), zona de Avinguda Menorca, y barrio de Ses Vinyes, incluyendo Vives Llull, calle Ciutadella (a la altura de la oficina de Correos) y Josep Maria Quadrado.

El Ayuntamiento quiere dejar claro que en estas zonas donde el puerta a puerta puede ser más problemático también se tendrán que despedir en algún momento de los viejos contenedores, aunque todavía no ha definido qué sistema se va a utilizar para que puedan mejorar los niveles de separación de los residuos y cumplir así con las exigencias legales que marca la Unión Europea.

Cabe recordar que se había anunciado que el puerta a puerta ya estaría implantando en la totalidad del término municipal de Maó a mediados del pasado mes de noviembre, un calendario que se ha demostrado demasiado ambicioso dados los problemas que –a pesar del éxito en los objetivos de separación– se han ido revelando durante su aterrizaje en la realidad. Desde el equipo de gobierno socialista aseguran que resulta más adecuado avanzar de forma más escalonada y adaptándose a las necesidades que van surgiendo. Aseguran que siguen trabajando la definición del sistema más óptimo –sin alejarse demasiado del contrato firmado– para los puntos calientes del municipio.

El apunte

El nuevo sistema eleva al 79 % la separación en la mitad del municipio

En este punto en el que la mitad de las viviendas de Maó ya están sujetas al sistema puerta a puerta y la otra mitad sigue con el viejo modelo de contenedores, es un buen momento para observar el efecto que tiene el cambio en los índices de separación. Con datos del mes de agosto –el de mayor generación de residuos– se puede observar cómo en la mitad del municipio en que se saca la basura con los cubos multifracción o las llamadas áreas de aportación, el porcentaje de basura separada se elevó hasta el 79,4 por ciento, mientras que en el resto del municipio está estancado en alrededor del 22 por ciento. Los informes oficiales muestran las grandes diferencias entre los dos modelos. A modo de ejemplo, llama la atención que en las zonas con los viejos contenedores se recogieron en agosto 62,3  toneladas de envases ligeros (el plástico), mientras en las zonas con puerta a puerta esa cantidad de plástico separado casi se duplicó, hasta algo más de 112 toneladas.

El nuevo modelo de recogida de basura permite recoger una nueva fracción separada, los restos orgánicos que se pueden reutilizar para hacer compost. En el mes punta del verano, en las zonas con sistema puerta a puerta se lograron recoger    188 toneladas. En el caso de las zonas pendientes de implantación toda esa materia orgánica terminó mezclada en el contenedor gris.