El trabajo se multiplica en la recepción del hotel, donde se reclaman hasta 42 datos personales al cliente

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El registro de viajeros impuesto por el Ministerio del Interior se ha estrenado con el colapso de la plataforma donde las empresas deben incorporar hasta 42 campos de información relativa a sus clientes. Esto ha añadido más disconformidad, si cabe, entre alojamientos, rent a cars y agencias de viaje, que aceptan a regañadientes una medida que incrementa notablemente la burocracia y que, advierten, puede restar visitantes a destinos turísticos nacionales como es el caso de Menorca.

La plataforma creada por el Ministerio colapsó y creó el «caos» en aquellas empresas obligadas a introducir los datos de sus clientes. Así lo denunciaba este martes el presidente de la Agrupación Empresarial de Agencias de Viajes de Balears (Aviba), Pedro Fiol, asegurando que «nos está colapsando el trabajo al cien por cien». Tan es así que «cada vez que hemos querido introducir los datos de un cliente, hemos perdido varias horas, porque se cuelga» durante el proceso, haciendo imposible una gestión con la que no están de acuerdo. En términos de «operativa y productividad nos complica mucho el trabajo» y, además, «nosotros no tenemos por qué coaccionar a los clientes para que nos den unos datos que muchas veces no quieren dar».

Sobre esta cuestión se expresa el presidente de la Asociación Empresarial Menorquina de Alquiler Sin Conductor (A/SC), Lluís Gual, poniendo el acento en la aceptación por parte de los clientes. «Se pueden negar a dar los datos», porque en su caso «es normal pedir el nombre, apellidos, carné de conducir, una dirección por si llega una multa o un teléfono de contacto, pero más allá de eso es absurdo y supone demasiado trabajo para las empresas».

«Se ha implantado en temporada baja, pero ¿qué pasará en abril cuando lleguen cinco clientes en un mismo vuelo? La entrega de coches que ahora dura veinte minutos, puede alargarse mucho más», lo que generará desagrado en la clientela. Por otro lado, Gual también se refiere a la duplicidad del trabajo. «En una hora, un cliente puede tener que dar dos veces esta infinidad de datos, al hotel y al rent a car; pensará que le tomamos el pelo», lamenta.

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Pernoctaciones

Más allá de los grandes hoteles, que gestionan grandes alojamientos y que cuentan con plantillas más extensas, los pequeños establecimientos ven con preocupación la obligación de recoger tanta información de sus huéspedes. Así lo apunta Christian Balle, director del Hotel Cristine Bedfor, quien observa el cambio sustancial que supone esta exigencia. «Estamos acostumbrados a comunicar datos básicos de los viajeros y ahora será bastante más información, sobre métodos de pago, fecha de la reserva», incluso relativos al parentesco entre los clientes. «Nos complica el trabajo, lo que requería un minuto, ahora estarás bastante más y alargará el tiempo del check-in».

Aunque ahora está cerrado, en el Hotel Rural Alcaufar Vell, Jaume de Febrer tilda de «interrogatorio» el cuestionario a completar. «Según el Ministerio, cumple la ley de protección de datos, pero cuando pidamos tanta información a los clientes, alucinarán». Y «requerirá mucho tiempo» a las empresas y «¿cómo lo harán las viviendas vacacionales que no tienen recepción las 24 horas del día?».

En términos similares se expresa Gracia de Olives, del Síndic Hotel, quien se refirió a las dificultades que ofreció la plataforma del Ministerio el primer día. «Si en temporada baja no funciona bien, ¿cómo irá en verano?», se pregunta la gerente del alojamiento, quien al final pudo «introducir la información al día siguiente». Asimismo, De Olives se refirió a la seguridad de los datos, «imagino que los hackers estarán interesados en obtenerlos», lo que genera preocupación ante posibles ataques a sus sistemas informáticos.

Confusión

Pedro Fiol echa en falta una «orden ministerial que aclare qué tenemos que hacer, quién debe presentar los datos, si la agencia, el turoperador o la central de reservas». Esto «crea un desconcierto monumental», asegura el empresario, con el «miedo de que puedan sancionarnos» si no presentamos la información, aunque la niegue el cliente. Incluso, afirma Fiol que «hay agencias que dejan de vender viajes nacionales» y «hay turoperadores pequeños que están amenazando con llevarse los clientes a otros destinos».

El apunte

«Estamos entre la espada y la pared si el cliente no da sus datos»

En el hotel Nou Sant Antoni, en Ciutadella, Pedro Jaime Capó ya ha visto como algún cliente se ha negado a facilitar todos los datos que se incluyen en el formulario del ministerio. Esto plantea una dificultad añadida. «Estamos obligados a introducir la información, pero si el cliente no la facilita, estoy entre la espada y la pared».

«Hay clientes que aceptan, pero otros no, ¿qué puedo hacer?», se pregunta Capó, quien el primer día de funcionamiento de la plataforma intentó pasar la información, «pero la web estaba caída» y no pudo.

Sobre la carga de trabajo que representa para los pequeños alojamientos, Capó atestigua que «somos pocos, en abril o mayo cuando venga más gente se complicará, será un desastre». Además, incide en la seguridad en la custodia de datos. «Tenemos la obligación de conservarlos tres años, pero ¿por qué tengo yo que tener el IBAN de un cliente tanto tiempo?», cuestiona el hotelero.