Los bomberos revisaron la zona afectada. | Gemma Andreu

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Gran parte del acantilado donde se desprendieron las piedras está llena de matas. No se han desbrozado desde hace más de dos décadas, ni tampoco se han realizado nuevas intervenciones para apuntalarlo, indicaban restauradores de la zona.

Hace tres años, el Ayuntamiento aprobó una inversión de 350.999 euros a ejecutar en 2022, dividida en dos partidas, para limpieza y desbroce de todo el acantilado, de levante a poniente.

La imagen muestra la trayectoria que siguieron las rocas caídas la madrugada del sábado. Se aprecia la gran cantidad de vegetación sobre el acantilado.

La corporación hizo una modificación de crédito para realizar esta obra tras otro grave desprendimiento de rocas en la Costa de Ronda, pero la obra nunca llegó a ejecutarse. Un informe negativo de la secretaría y de los servicios jurídicos paralizaron esta intervención, al interpretar una cuestión que nunca antes se había considerado.

Criterio técnico

El alcalde, Héctor Pons, explicó este sábado que el criterio técnico «es que el acantilado no es todo competencia municipal sino que hay tramos de propiedad privada». Aunque sea una zona en vuelo, según ese criterio, es el dueño del inmueble que está abajo, el titular de la parte que llega al acantilado.

«No desistimos de la obra y por ello la hemos presentado al Plan Anual de Impulso Sostenible para 2025», indica Pons. De mantenerse la postura de los técnicos, primero deberán delimitarse las zonas que sean municipales y consensuar con los propietarios los trabajos a realizar. La inversión destinada en 2021 quedó en el remanente. Ahora el coste presentado y aprobado para el    ITS asciende a 462.812 euros.