Las zonas de baño de Fornells se tuvieron que cerrar en verano por los vertidos fecales. | J.B.G.

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Ports de les Illes Balears realizará una auditoría para esclarecer si las obras de remodelación del puerto de Fornells, que finalizaron el pasado mes de marzo e incluyeron la reforma de la red de alcantarillado y aguas pluviales, se han realizado de manera correcta. Así lo confirmó el conseller del Mar y del Ciclo del Agua, Juan Manuel Lafuente, en el Parlament balear, donde calificó de «auténtico fracaso» el resultado de unos trabajos que costaron más de ocho millones de euros.

La auditoría deberá servir para determinar cuál es la causa de los vertidos de aguas fecales que se repiten los días de lluvia, y que han llevado a un grupo de vecinos afectados a organizarse para pedir responsabilidades y soluciones urgentes para un problema que les está amargando la vida, puesto que a menudo el agua sucia de las alcantarillas entra en sus casas.

Cabe recordar que las obras de reforma del Puerto de Fornells y sus infraestructuras se iniciaron en febrero de 2019 y terminaron el pasado mes de marzo. El proyecto incluyó la renovación del alcantarillado de la zona más próxima al mar, cuyos trabajos también ejecutó el Govern tras firmar un convenio con el Ayuntamiento.

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«Un absoluto desastre»

En el pleno del Parlament, Lafuente aseguró que «es totalmente incomprensible que cuando llueve un poco, y no solo cuando viene una DANA, el agua sin limpiar rebose por las casas y caiga al puerto». Por ello, anunció que se ha encargado una auditoría de las obras a Ports IB, «para saber exactamente cuál es el origen de este absoluto desastre». Además, señaló que la auditoría deberá determinar quién es el responsable de lo sucedido y qué soluciones se pueden aplicar ahora.

Por su parte, el alcalde de Es Mercadal, Joan Palliser, también considera que el proyecto no se ha hecho bien, por lo que desde el Consistorio ya habían pedido una auditoría al Govern, con el objetivo de aclarar por qué el nuevo sistema de alcantarillado y pluviales se satura cuando llueve, aunque Palliser no duda en asegurar que «el proyecto está mal hecho».

En este sentido, el alcalde cree que el problema es que con la reforma se han separado los pluviales y el alcantarillado, pero muchas casas particulares siguen canalizando las aguas de lluvia hacia la red de saneamiento, por lo que cuando llueve se satura, «porque no está bien dimensionada».

El apunte

«La porquería de las alcantarillas sale por la ducha y el váter»

Los vecinos de Fornells denuncian que cuando llueve, aunque sea en pequeñas cantidades, las alcantarillas no dan abasto y los residuos y el agua sucia salen a la superficie, quedando todo escampado por las aceras y entrando en las casas, para finalmente llegar al mar. «A la mínima que llueve, sale el agua de las alcantarillas y entra en las casas por debajo de la puerta de la calle, como ocurre en el Paseo Marítimo, e incluso ha pasado que la porquería ha salido por la ducha y el váter», explica Maria Camps, una de las afectadas, quien señala que las casas que tienen más problemas son las que están a la altura de la nueva rotonda.
También denuncian que desde que se acabaron las obras de remodelación del puerto, siempre hay malos olores en la zona. «Si ocurre cuando pasa una DANA todo el mundo lo puede entender, pero lo que no se comprende es que también suceda con una lluvia normal», enfatizan. Además, los vecinos recuerdan que el pasado verano se tuvieron que cerrar las zonas de baño urbanas en diversas ocasiones a causa de los vertidos fecales.

Reunión con el Ayuntamiento

Por todo ello, ahora un grupo de afectados se están organizando y están recopilando fotos, vídeos e información, como paso previo a reunirse con el Ayuntamiento. De momento, su intención es colaborar con el Consistorio para dilucidar qué ha ocurrido y buscar soluciones. Además, quieren saber qué protocolos aplican los responsables municipales cuando se producen los vertidos. «Creemos que hay un error en la ejecución de las obras, pero esto lo tienen que determinar los técnicos», subrayan, mientras no dudan en calificar la situación como un «desastre medioambiental».