La doctora López apela a la precaución aunque no haya estudios concluyentes sobre los efectos del exceso de nitratos. | Gemma Andreu

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Julia López Resusta (Alicante, 1990) es doctora de familia en el centro médico del Canal Salat, de Ciutadella, desde hace 7 años. Secretaria general de la junta del Colegio de Médicos de Menorca, habla en representación del colectivo insular en relación a la denominada crisis del agua, en Maó. «No debería volver a repetirse», afirma sin minimizar la preocupación por los efectos del consumo de agua con exceso de nitratos.

Existe cierta controversia en torno a los nitratos. Algunos estudios se refieren a sus beneficios cardiovasculares y otros a su derivación cancerígena...
—Hay bastante confusión en los tipos de nitratos. Una cosa es los que usamos como medicación para el tratamiento de enfermedades coronarias y otra los nitratos como compuestos contaminantes en el agua por deshechos de agricultura, ganadería o por vertidos de aguas fecales.

¿Entonces los que contienen las verduras tienen contraindicaciones?
—Sí, en los menores de 6 meses sí pueden producir efectos secundarios de los que nos preocupan a la hora de establecer un límite seguro de nitratos en el agua. En general se recomienda que no consuman verduras de hojas verdes para evitar la metahemoglobinemia.

¿De qué se trata?
—La hemoglobina alterada que provoca una coloración azulada de la piel y las mucosas. La hemoglobina es necesaria para el transporte del oxígeno de la sangre a los tejidos, y la metahemoglobina provoca un cambio que dificulta esa función de transporte. Los humanos tenemos un pequeño porcentaje de metahemoglobina, no llega al 2 por ciento. Cuando aumenta por encima del 10, si es vulnerable.

¿Cuáles son los síntomas?
Hasta el 10 % de metahemoglobina en sangre, es asintomático si no hay enfermedades previas. Coloración azulada de piel y mucosas, dolor de cabeza mareo y cansancio, a partir de 10-13%, disnea o falta de aliento, taquicardia y somnolencia a partir de un 20% y a partir de un 50 % suelen aparecer los síntomas graves, depresión respiratoria, convulsiones y alteración de la conciencia.

¿Pueden incorporar elementos cancerígenos los nitratos de algunos alimentos?
—No está claramente definido. Hay muchísimos estudios heterogéneos y no se ha llegado a una conclusión para decir que esto es cancerígeno en humanos. Se necesitaría, para poder demostrarlo, una exposición continuada a lo largo de años, incluso décadas. Los casos que se han dado de exceso de nitratos han sido puntuales y no permiten decir si son o no cancerígenos en humanos. La posibilidad no se puede descartar y hay que velar por la seguridad del agua y que esté con nivel de nitratos por debajo de los 50 miligramos por litro como dice la Organización Mundial de la Salud.

¿Cómo puede afectar a la salud el consumo de agua con exceso de nitratos?
—El principal efecto, como he dicho, es la metahemoglobinemia. Sale a corto plazo, son reacciones, sino inmediatas, en cuestión de horas. Por debajo de este nivel de la OMS no se producen casos de metahemoglobenia que no se esperen en una población que no haya consumido nitratos de ninguna otra forma, es decir, por alteraciones genéticas o congénitas que ya se produzcan en personas no expuesta a los nitratos.

¿Tiene algo que ver si el consumo de agua no potable es esporádico o continuo?
—En un adulto es relativamente raro que pase algo si no hay alguna otra condición. Por suerte, los ácidos digestivos, el PH ácido del estómago y la cascada encimática está bien desarrollada y ayudan a que no entre una gran cantidad de nitratos porque las bacterias que los tienen que digerir y producir la mayoría mueren en ese PH ácido, que es la primera barrera que tenemos. La segunda es una serie de encimas que disminuyen el nivel de hematoglobina. Es raro que se dé este efecto si no has tenido una reacción, a las pocas horas el riesgo ha pasado.

¿El riesgo mayor está en los lactantes, entonces?
—Sí, por eso la OMS pone este límite, por si se ha de usar agua del grifo para hacer leche de fórmula y que no pueda provocar estas reacciones. Los lactantes no tienen un sistema digestivo como para protegerse de ellas.

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¿Y en las embarazadas?
—En la ingesta de por sí no se observa mayor metahemoglobenia que en un adulto salvo que haya alteraciones digestivas o de su genética.

¿Dado que en Maó hemos consumido esta agua con exceso de nitratos sería del todo extraordinario que apareciera algún caso a estas alturas?
—Si alguien no se ha enterado aún y la consume en grandes cantidades, podría darse en algún lactante menor de seis meses, pero no tenemos conocimiento de ninguno. En adultos, no creo.

¿Por qué no sirve tampoco hervir el agua para poder consumirla?
—Porque matas las bacterias pero no cambias la composición química, lo que haces es eliminar todas las materias para que mueran cuando alcanza la ebullición a 100 grados centígrados.

¿Hay algún método doméstico para convertirla en potable, entonces?
—Hervir no cambia la composición química, salvo que la evapores toda, elimines las sales y la purifiques mediante algún proceso. Pero hervir no purifica.

¿Los aparatos de osmosis, tampoco?
—Los de osmosis inversa sí podrían eliminar nitratos y nitritos pero no todos los aparatos, depende la fabricación y del método que se utilice. Como principio de precaución, si no se puede asegurar un nivel de nitratos en el agua, mejor no consumirla.

¿Qué es la nitrosamina?
—Un compuesto que se puede formar a partir de los nitratos.

Hay estudios que indican que la nitrosamina puede provocar cánceres gástricos.
—La nitrosamina es un proceso de la degradación del nitrato que necesita de aminas o amidas. Los estudios revisados del OMS indican que los nitratos por sí mismos no con cancerígenos. El problema sería en los compuestos derivados de los nitratos. Pero no puedo decir que produce cáncer en los humanos porque no tengo ningún estudio que lo avale.

¿Para el caso de Maó, cree usted que se ha creado demasiada alarma social?
—Hay motivos para la preocupación porque el agua ha de mantener unos niveles de seguridad para su consumo. No es nuestra intención crear alarma, no tenemos constancia de que hayan llegado casos de toxicidad aguda de los nitratos, y los de exposición a largo plazo no los podemos prever. Pero eso no significa que no haya lugar a la preocupación. El agua ha de ser segura.

¿Es una situación grave?
—Digamos que no debería repetirse. Deberíamos poner medidas para mejorar la comunicación, sin entrar a valorar responsabilidades.