La central de Maó gana protagonismo en agosto ante el aumento de la demanda.  | DAVID ARQUIMBAU / EFE

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Evacuar energía limpia a Mallorca mientras la central de Maó aumenta su producción, echando mano de sus motores más contaminantes para satisfacer la demanda. Es la aparente paradoja que se ha registrado en Menorca en pleno mes de agosto, en la época del año de mayor consumo eléctrico, cuando cabía pensar que la generación de los parques solares tendría un mayor margen de penetración en el sistema y no se generarían excedentes. No ha sido así.

Los datos publicados por Red Eléctrica muestran cómo en las horas centrales del día, durante el mes de agosto, se ha seguido evacuando parte de la producción de los parques solares a través del cable, a pesar de que el nivel de demanda superaba con creces la capacidad de producción de las instalaciones renovables.

En esta fase de la transición energética Menorca no está pudiendo sacar el máximo provecho a su considerable potencia renovable, ni tan siquiera cuando la demanda se dispara. Los criterios técnicos de seguridad de suministro están detrás de esta frustrante realidad, en la que hay que desprenderse de energía limpia para incrementar la quema de gasoil en la térmica de Endesa, que por añadidura ha basado la mitad de su generación en los viejos motores, que no tienen sistema de reducción de emisiones y que ya cumplieron con su vida útil en el año 2016.

La imprevisibilidad de la generación solar y la ausencia de un segundo enlace con Mallorca hacen que, a la espera de la instalación de baterías junto a la subestación de Es Mercadal, el operador del sistema se vea obligado a ordenar una reserva rodante en la central, una potencia mínima que debe seguir generando para prevenir fallos de suministro ante cualquier eventualidad.

El resultado, ya con el balance de producción y demanda eléctrica del mes de agosto en la mano, es llamativo. La central de Maó ha incrementado su generación un 17,46 por ciento respecto al mes de julio para cubrir un aumento de la demanda muy inferior en términos relativos, del 9,3 por ciento. En cambio, la producción de energía solar ha caído un 12,5 por ciento, en buena parte también por motivos meteorológicos.

Cable a mínimos

Mientras tanto, y justo en el momento de mayores necesidades eléctricas, el balance entre demanda y generación revela el escaso partido que se le ha sacado al enlace submarino con la isla vecina. Si en la media anual el cable suele aportar a la Isla en torno al 15 por ciento de su producción, restando presión sobre la central de Maó, en el mes de agosto ese porcentaje ha caído a un 8,9 por ciento.

El año pasado, llegaron por el cable en el mes de agosto 7.163 megavatios hora, este año, a pesar de que la demanda eléctrica ha crecido, el balance de energía importada ha sido de 5.609,2 megavatios hora, un descenso que supera el 36 por ciento y que también viene a explicar el repunte de actividad en la central. No obstante, cabe recordar que hace un año la producción renovable era muy baja, por lo que de un año a otro la generación de la central térmica ha podido reducirse, aunque solo un 7,46 por ciento.

Las claves
  1. El gran peso de los viejos motores en la central de Maó   

    La central de Maó ha basado prácticamente la mitad de su producción en el mes de agosto, la época de más actividad del año, en los viejos motores diésel, los más contaminantes. Su vida útil concluyó en 2016 y no tienen instalado el sistema de reducción de emisiones.

  2. El cable funciona a mínimos en el momento punta

    Los datos de producción y demanda eléctrica del mes de agosto revelan un papel muy secundario para el enlace submarino, del que anualmente suele llegar en torno al 15 por ciento de la energía que se consume y que en agosto apenas a aportado un nueve por ciento.

  3. A la espera de las baterías y el segundo enlace

    Los criterios de seguridad del suministro lastran la penetración de la energía renovable. Debe mantenerse un mínimo de producción en la central para evitar caídas en el sistema. La solución llegará primero con las baterías en la subestación de Es Mercadal y más tarde con el segundo cable.