Los ungulados merodean por el núcleo de Ses Savines y otras zonas de Cala Tirant.

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El Ayuntamiento de Es Mercadal lleva varios meses inmerso en el asunto de las cabras que atemorizan a los vecinos de Cala Tirant. De hecho, el equipo de gobierno que lidera Joan Palliser está en contacto con el Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Illes Balears (Cofib) desde el pasado mes de mayo y únicamente faltaría la comunicación del aviso oficial a dicho consorcio.

Sin embargo, su objetivo sería recurrir a estos servicios tan solo en última instancia, ya que eso significaría llevar a cabo una batida contra las cabras asilvestradas. «En las últimas semanas hemos estado mirando junto al departamento de Medio Ambiente del Consell qué posibilidades habría de poder trasladar dichas cabras a alguna finca agrícola», explica el alcalde de Es Mercadal, Joan Palliser. Cabe recordar que, en este caso, los ungulados deberían pasar unos meses en cuarentena antes de poder ser incorporadas a los ‘llocs'.

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A la espera de aprobación

Antes de ello, el Ayuntamiento incluso estuvo barajando otras posibles soluciones. En un primer momento llegó a mantener conversaciones con algunas empresas privadas para saber si se podrían encargar ellos de la problemática. «Son gestiones complicadas, no es nada sencillo», recuerda el primer edil.

En vistas de poder dar una solución inmediata y efectiva a los vecinos afectados, el Consistorio del municipio mercadalenc está a la espera de reunir las autorizaciones pertinentes de las fincas de Binidonaire, Santa Teresa y Tirant Vell —zonas colindantes en las que también transitan los mamíferos ungulados, además del núcleo residencial de Ses Savines— para así poder dar el aviso oficial y definitivo al Cofib en vistas de que actúe en Cala Tirant.

«Lamentamos las molestias que ocasionan a los vecinos, pero es un tema con el que el Ayuntamiento no tiene mucha potestad», recuerda Palliser.