La desaladora aún funciona al 34%. Construida en 2010, se puso en marcha en 2017 y, 15 años después, todavía funciona a un tercio de su capacidad

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El Plan de Gestión del Agua municipal, cuyas previsiones aún no han sido aceptadas íntegramente por la Dirección General de Recursos Hídricos, aboga porque Ciutadella reduzca la extracción subterránea en casi un hectòmetro cúbico anual, perfore nuevos pozos para abastecer a la población y más que duplique la compra y el posterior suministro de agua desalada.

También urge a «reubicar» la profundidad de los equipos de elevación, para que la bomba no esté por debajo del nivel del mar y así «optimizar los regímenes de bombeo con la voluntad de reducir la salinización del acuífero».

En concreto, apunta a la clausura de dos pozos en desuso de Es Caragolí y la posibilidad de cerrar un tercero. También pide que se clausure el pozo de Ses Truqueries y se «regularice» la situación administrativa de numerosas captaciones, que aún no están debidamente inscritas en el censo de Recursos Hídricos.

Según las previsiones del nuevo Plan General y las estimaciones de demanda estacional elaboradas por el Obsam, Ciutadella deberá atender en 2031 una población empadronada de 37.851 habitantes y una población de hecho (incluidos los visitantes) que, de media, alcanzará las 53.477 personas.

El consumo de agua necesario para dar respuestas a las necesidades de proveimiento de residentes y turistas se estima en 4,88 hectómetros cúbicos, a una media de 242 litros por persona y día. El Ayuntamiento propone que 2,092 hectómetros procedan de la extracción de pozos, mientras que los 2,788 restantes, de la desalinizadora.

Ciutadella pasaría así a más que duplicar la compra de agua desalada. Si ahora supone el 23,6 por ciento de toda el agua que se suministra a la población, en siete años representaría el 58,3 por ciento del total. El convenio en vigor con la Agencia Balear del Agua (Abaqua) compromete al Govern a abaratarle el precio si aumenta la compra de agua desalada en más de un 20 por ciento.

Comprar los pozos de Son Planes

Aun así, para que el 42 por ciento restante de agua que se sirva a la población esté en condiciones, el plan considera «necesaria la obtención de nuevas fuentes de suministro de agua subterránea». En este sentido, propone alcanzar acuerdos de compra con los propietarios de los pozos ya existentes en los alrededores de Son Planes, que se encuentran en mejor estado, antes de afrontar la apertura de nuevos pozos. Aun así, sugiere abrir nuevas captaciones que permitan atender las puntas de demanda propias de la temporada estival.

Pero también cabe cumplir el Plan Hidrológico y reducir las fugas en la red. En 2022 aún se perdía el 26,7 por ciento del agua por el camino cuando, según el plan, solo puede desaprovecharse el 17 por ciento. Las pérdidas en Son Carrió, Son Blanc y el polígono C de Cala Blanca alcanzaban todavía el 36 por ciento.

El consumo medio también deberá reducirse por debajo del límite máximo de 250 litros por habitante y día que establece el Plan Hidrológico de Balears. En 2022 la población residente lo sobrepasaba, al marcar un consumo medio de 278 litros, mientras que el de la población estacional o turística sí se ajusta a lo establecido, con 217 litros diarios por cabeza.

Otro aspecto a mejorar que apunta el Plan de Gestión del Agua es el funcionamiento de la estación depuradora sur, que incumple la calidad mínima exigida de las aguas residuales en un 59 por ciento del caudal y cuyas concentraciones de sal lo exceden en un 77 por ciento. La Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua se comprometió la semana pasada a ampliar la depuradora para corregir este aspecto.

El apunte

Poner el suministro en regla costará 38,8 millones de euros

Las 60 actuaciones propuestas por los ingenieros de Geoservei Projectes i Gestió Ambiental, autores del plan aprobado el año pasado por el Ayuntamiento, cifran en 38,8 millones de euros las inversiones que se necesitan para regularizar plenamente la situación de las reservas hídricas y del abastecimiento de agua en Ciutadella.

La obra prioritaria y de mayor coste (8 millones de euros) es la conexión en alta de la planta desalinizadora con el casco urbano. Otros 5 millones se destinarán a mejorar el tratamiento de la depuradora sur,    5,8 servirán para sustituir el colector y adecuar el emisario submarino de la misma depuradora, 4,5 millones para actuaciones de saneamiento y 3,2 millones para acometer la renovación anual de la red de distribución, con el objeto de que no se produzcan fugas.

El Plan de Gestión del Agua cifra asimismo en 2 millones la mejora del tratamiento de la depuradora norte, en 1,5 millones la de Serpentona y en 2,3 millones el despliegue de la red de alcantarillado por todo el núcleo de Cala Morell, a cuenta de los propios residentes.

De igual forma, propone invertir casi 2,2 millones en sustituir el parque de contadores de agua de las casas por aparatos inteligentes que funcionen mediante telecontrol. También incluye un millón para instaurar una red de recogida de pluviales que evite verter agua directamente al mar y priorice la conexión con el Canal dels Horts y la urbanización de Serpentona.

Igualmente, propone invertir 45.000 euros en sustituir las duchas de las playas por lavapiés que utilicen agua del mar.