Los taxistas de Menorca lamentan que este verano se pasan mucho tiempo esperando a los clientes en las paradas. | Gemma Andreu

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A pesar de que los últimos datos registrados en el Aeropuerto de Menorca hacen prever otro verano de récord en la Isla, los taxistas siguen sin ver confirmadas las buenas expectativas con las que arrancó la campaña estival, y fuentes del sector aseguran que desde el mes de mayo se está notando un importante descenso del trabajo respecto al año pasado.

«La temporada no va tan bien como la del 2023, y yo calculo que estamos trabajando alrededor de un 30 por ciento menos», asegura el presidente de la Asociación de Radio Taxi de Menorca, Antonio Vílchez.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Taxis de Maó, José Navarro, todavía se muestra más contundente y no duda en afirmar que «para muchos la temporada está siendo nefasta». «Cualquiera lo puede comprobar si se da una vuelta por las paradas del puerto de Maó o del Aeropuerto, y en sitios como Arenal d'en Castell puedes ver taxis parados durante una hora y media», añade.

Esta situación coincide con el segundo año de funcionamiento de la operativa que permite a las licencias temporales cargar en todos los municipios, y no solo en su localidad de origen. Estos cambios han facilitado que hayan quedado atrás los problemas de anteriores temporadas, cuando las demoras en el servicio provocaron una avalancha de quejas. En total, este año prestan servicio en la Isla casi 200 taxis, de los cuales un poco más del 50 por ciento corresponden a licencias ordinarias y el resto a las temporales.

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Cambio de perfil

Entre las causas del descenso de las carreras, los taxistas señalan que este año se está notando especialmente la recuperación del turismo de turoperador, que llega a la Isla con un paquete turístico cerrado y todos los gastos pagados, y que no sale tanto del hotel como los visitantes que contratan sus vacaciones por libre.

También explican que en estos primeros meses de la temporada están echando en falta al turismo nacional, que suele ser un buen usuario de sus servicios. En cambio, otras nacionalidades que se están dejando notar con fuerza este año, como los franceses, cuyo número está aumentando exponencialmente, no suelen usar taxis para sus desplazamientos. «El turismo galo no es un habitual del taxi, porque no lo llevan en su cultura, y nosotros seguimos trabajando principalmente con el turismo inglés y el alemán», señala Vílchez.

Desde el sector también apuntan a la subida generalizada de los precios como uno de los factores que más les está perjudicando, puesto que los visitantes llegan a la Isla con un presupuesto más ajustado. «El año pasado todavía arrastrábamos la salida del covid y la gente tenía dinero ahorrado, crédito y ganas de salir, pero ahora se han acabado las tres cosas», enfatiza Navarro. «Esta semana, por ejemplo, a la una del mediodía en el puerto de Maó no había nadie en los restaurantes, y a partir de las diez y media de la noche ya te puedes ir a casa», añade. «La gente no tiene dinero, porque se ha acabado la fiesta», sentencia de manera categórica.

Reducción de licencias

La disminución del trabajo ha provocado que el servicio de taxis funcione, si cabe, incluso mejor que el año pasado, por lo que, según Vílchez, no se están produciendo esperas y «los clientes tienen el taxi en la puerta prácticamente después de colgar el teléfono».

A pesar de ello, si se confirma el cambio de perfil de los visitantes y la disminución de la carga de trabajo, desde el sector no se descarta que sea necesario reducir el número de licencias temporales de cara al año que viene, aunque remarcan la necesidad de esperar a final de temporada para hacer una valoración global y tomar decisiones.

Satisfacción en restaurantes y hoteles por la buena marcha del servicio

La prueba piloto que se puso en marcha el año pasado para permitir a las licencias temporales cargar clientes fuera de su municipio de origen, así como el aumento en el número de vehículos, ha resultado un éxito y ha servido para poner fin a las quejas que abundaban años atrás, y que llevaron a la patronal de los hoteleros de Menorca (Ashome) a denunciar «un pésima gestión telefónica, atención deficiente y esperas de más de 30 minutos».

Esta temporada se ha repetido la operativa del año pasado, con casi 200 vehículos prestando servicio en la Isla, a los que se suman los vehículos VTC, lo que unido a una menor demanda de taxis, ha servido para que el servicio funcione de manera satisfactoria, según señalan desde los hoteles y los restaurantes.   

Desde la recepción del Hotel Almirante Farragut de Ciutadella, por ejemplo, explican que el tiempo de espera desde que se solicita un taxi no suele superar los diez minutos, un extremo que también confirman desde los hoteles del Grupo Sagitario y desde el agroturismo Ses Talaies. También muestra su conformidad con la marcha del servicio Antoni Sansaloni, presidente de la Asociación Menorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes, quien también confirma el cambio de perfil de los turistas de este año, con una mayor presencia de los que vienen de la mano de los turoperadores.

El apunte

Las empresas de VTC también están trabajando menos

El sector de las licencias VTC (Vehículos Turísticos con Conductor) comparte las malas sensaciones de los taxistas respecto a la marcha de la actual temporada turística, y también lamentan la pérdida de clientes respecto al año pasado.

Desde la empresa Berlinas Menorca, que cuenta con una amplia flota de vehículos de clase alta con conductor, no dudan en reconocer que este año están trabajando menos. «La Isla cada vez es más cara y la gente que viene tiene menos dinero disponible», afirman. Desde la compañía también apuntan al auge de los vehículos de alquiler como otro de los factores que les está restando clientela.

Actualmente, en Menorca hay seis licencias permitidas de VTC, aunque las empresas que operan en la Isla alquilan coches del resto de Balears durante la temporada alta, y el verano pasado llegaron a prestar servicio en la Isla hasta 22 vehículos VTC. Esta situación cambiará cuando finalice la moratoria de dos años establecida en la conocida como ley del taxi, que se aprobó el pasado mes de febrero, y que prohíbe que las licencias VTC se puedan trasladar de una isla a otra, estableciendo un ámbito de actuación insular.

Reglamento propio

Por otro lado, el Consell tiene pendiente la redacción de un reglamento que regule las VTC en Menorca, puesto que la ausencia de una normativa en la Isla ya motivó en su día que se anulara el concurso para nuevas licencias.

Desde el Consell remarcan la necesidad de contar con una regulación que tenga en cuenta las realidades distintas de cada isla. Una prueba de ello es que el año pasado en el conjunto de Balears se cursaron unas 10.000 peticiones para VTC, cuando en Menorca solo fueron 288. Además, en la Isla la actividad se centra especialmente en los meses fuertes del verano.